Walking Yoga: los beneficios del yoga y de caminar en una sola disciplina

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Muchas veces nos hemos referido a los beneficios de caminar y también de los del yoga, luego una práctica que incluyera las dos disciplinas sería doblemente beneficiosa, pensarás. Pues existe, se llama Walking Yoga y consiste en centrarte en la respiración mientras caminas. Te lo contamos.

El maestro budista Thich Nhat Hanh fue el que comenzó a hablar de algo similar, a lo que llamó ‘meditación caminando‘. Se trata de sincronizar la respiración con los pasos, ya que si ponemos toda la atención en el aire que entra y sale de nuestros pulmones, acabamos desconectando y relajándonos. Su práctica constante reduce el estrés y nos hace enfocarnos en el presente y encontrar la calma.

Se puede comenzar a practicarlo diez minutos al día. Mientras caminamos intentando sincronizar los pasos y la respiración e ir aumentando tiempo y frecuencia con el paso de los días. Para ello, además, debemos alternar caminata rápida y caminata lenta.

Algunas pautas para empezar a practicar Walking Yoga

Desde Mujer Hoy dan algunas pautas sobre como comenzar ala práctica de esta disciplina:

• Pisa fuerte tu ira mientras caminas. Deja salir toda la ira reprimida. Piensa en el mantra «ira, ira, ira».

• Al caminar, gira la columna hacia la derecha y luego hacia la izquierda durante varias veces.

• Deja que un color curativo se filtre por tu cuerpo desde la cabeza hasta los pies: «¿Qué color necesitas ahora? ‘Naranja, azul, dorado, rosa..’. Ahora concéntrate mientras caminas conectada al suelo«, explican..

• Visualiza un precioso sol y detén todos los pensamientos

• Camina libremente. Anda por donde sientas que quieres ir. Disfrútalo

Además, aconsejan concentrarse en la respiración, contando hasta cinco en cada inhalación y exhalación para mantener un ritmo constante y prestar atención al entorno.

Según la instructora de yoga, Veronique Ory, el walking yoga es ideal para aliviar el estrés, ya que «calma el sistema nervioso y promueve el equilibrio emocional». Además, «caminar suavemente, combinado con estiramientos conscientes antes o después de la práctica, mantiene las articulaciones sanas y lubricadas», explica la profesora de yoga Janet McClure.