Entre los pescados que menos mercurio contienen están el bacalao, la dorada, la anchoa, el boquerón, el lenguado y merluza. El gallo, el rape, el salmonete y el besugo tienen contenido medio y el pez espada, el atún rojo, el cazón y el lucio se encuentran entre los que tienen más alto contenido de mercurio. Por eso están prohibidos en niños menores de diez años, en embarazadas y en lactantes, que son más vulnerables a este, ya puede afectar al sistema nervioso central en desarrollo por exposición directa tras el consumo de ciertos alimentos o indirectamente al poder atravesar la placenta. También puede estar presente en la leche materna, explican.
Pero que no cunda el pánico, comer pescado es seguro y saludable, ya que aporta energía, es una fuente de proteínas de alto valor biológico y contribuye a la ingesta de nutrientes esenciales como el yodo, el selenio, el calcio y las vitaminas A y D. Y además, la legislación sanitaria europea obliga a cumplir unos límites máximos de mercurio que son controlados por las autoridades sanitarias para garantizar un consumo seguro.
La experta en nutrición femenina e infantil Leticia Zoé da muchos consejos nutricionales a través de su Instagram, y en este caso explica cómo identificar las latas de atún más bajas en mercurio del supermercado. Y es que, según un informe presentado el año pasado por las ONG BLOO y Foodwatch, titulado ‘Toxic tuna. Chonicle of a health scandal‘, «todas las latas de atún están contaminadas con mercurio. Todas, sin excepción«, según explicaba Julie Guterman, licenciada en Ciencias Biológicas y Físicas y responsable de proyectos de investigación de BLOOM.