Hoy hablamos de amor o, más bien, de teorías en torno a este. En concreto la que creó el psicólogo estadounidense Robert Sternberg en los años ochenta: la teoría triangular del amor o triángulo del amor. En ella se refiere a los distintos elementos que lo componen y sus combinaciones en los diferentes tipos de relación. El psicólogo habla de tres de ellos en concreto, que según explica deben existir en toda relación amorosa y de sus posibles combinaciones: intimidad, pasión y compromiso.
Estos tres conceptos representan las esquinas de la pirámide de la teoría de Sternberg, con la intimidad en el punto más alto y el compromiso y la pasión a los lados. Dependiendo de cómo se combinen los tres darán lugar a un tipo de relación amorosa u otro. Y si se dan los tres, las posibilidades de que el amor y la pareja duren son mayores.
Sternberg habla de las posibles combinaciones de estos tres elementos que dan lugar a diferentes tipos de relación:
Cariño: Cuando hay intimidad, pero no deseo de tener relaciones íntimas ni compromiso como pareja.
Encaprichamiento: Hay mucha pasión, pero no intimidad ni compromiso.
Amor vacío: mucho compromiso pero sin pasión ni intimidad.
Amor romántico: se da cuando los dos miembros de la pareja sienten atracción y excitación y además tienen confianza y cercanía.
Amor sociable: suele darse en relaciones largas en las que existe intimidad y compromiso, pero ya no hay pasión.
Compromiso, el elemento crucial en el triángulo del amor de Sternberg
Getty
La combinación de los tres elementos puede ir variando conforme la relación avanza pero, según Sternberg, sin ellos hasta el amor más auténtico está condenado a no durar, y el desequilibrio entre los tres lleva a la insatisfacción de la pareja y en algunos casos a la ruptura. De ahí la importancia de trabajarlos juntos. Cuando uno de los vértices, como la pasión, se debilita sin que se refuerce el compromiso o la intimidad, la relación inevitablemente va a estancarse.
Loading ...
Aunque si hay un elemento que realmente une a la pareja es el compromiso. Es decir, al deseo y la decisión de mantener la relación a largo plazo a pesar de los inconvenientes y desacuerdos que puedan surgir en ella.