La tierna y emotiva felicitación de Sara Carbonero a su abuela en su 100 cumpleaños: «Mi guía, mi faro, mi ángel de la guarda»

La familia la completo se reunió para celebrarlo junto a ella

Ana Más

«Abuelita, un siglo de amor. Que vamos a batir un récord, te lo prometo«. Así comenzaba la felicitación de Sara Carbonero a su abuela, que este fin de semana cumplía los cien años. «Sé que no te gusta mucho asomarte por estos lares porque dices que te ves mayor, (siempre presumida) pero hoy hemos negociado que la ocasión merecía la pena. Déjame “presumir” de abuela.¡¡100 años!!, proseguía Sara su felicitación. Una felicitación que, por cierto, no quedaba ahí.

«Eres la matriarca de la familia, madre, abuela y bisabuela. Estás en todos mis mejores recuerdos de infancia«, escribía, y añadía algunos de los ‘interminables’ recuerdos que tenía junto a ella: » La paloma de la nieve que se posaba en la ventana, el pajar, los cuentos hasta dormirnos a todos los nietos, la vendimia, tu tortilla de patata, tejer juntas, la estufa de palos en la cocina, la “portá” con su canasta y sus gallinas… «.

Además, se refería a la afición por la lectura de su abuela: «Te recuerdo siempre con un libro en la mano porque tu curiosidad no tiene límites y te tocó vivir una vida no siempre fácil. A menudo me contabas lo mucho que te gustaría ser la protagonista de esas historias… La que no vestía de negro, la que viajaba y conocía mundo. La soñadora, la idealista».

Sara Carbonero a su abuela: «Deberías ser eterna»

 

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Pero además se mostraba agradecida con la vida por haberles dejado disfrutar de ella tanto tiempo y haber aprendido tanto de ella. Y por supuesto no dudaba en agradecerle que haya mantenido a la familia unida, que por cierto se había reunido al completo para celebrar el cumpleaños: «No hay lluvia, distancia ni nada que nos pudiera hacer perdernos este día contigo«, escribía la periodista.

Y terminaba expresando la felicidad de tenerla con ellos en este precioso y emotivo párrafo: «Una vida entera no será suficiente para devolverte todo lo que has hecho por nosotros. Eres paciencia, refugio, raíz, el lugar al que volver para encontrarme. Deberías ser eterna. De momento, vamos a por el récord y a ver si se nos pega algo de tu genética. Te quiero con locura. Mi guía, mi faro, mi ángel de la guarda. Eres casa para todo aquel que llega “nuevo” a la familia. Eres la bondad hecha persona, la que no juzga. Una mujer muy adelantada a su época. Te quiero, te quiero, te quiero. ¡No se puede estar más guapa ya!», escribía junto a un carrusel de fotos con ella.