Jessica Inchauspé, además de bioquímica, es autora de ‘La revolución de la glucosa (Diana)’ y conocida en redes como «diosa de la glucosa«. Y es que según explica, si equilibramos los niveles de azúcar en sangre se pueden prevenir el desarrollo de enfermedades renales, cardiovasculares, diabetes, neuropatías y problemas de visión. La clave está en el orden en el que comemos los alimentos.
La experta explica que «el 80% de las personas sin diabetes tienen picos de azúcar en sangre cada día, sin darse cuenta. Estos picos desencadenan 3 procesos fisiológicos: la secreción de insulina, la inflamación y el envejecimiento acelerado» y a su vez son el origen de los antojos, el hambre constante, el cansancio, las arrugas, el trastorno del sueño y el envejecimiento, entre otros. Pero añade que la buena noticia es que estos picos se pueden regular y, además, en cuestión de días. De hecho, ha patentado un método que promete conseguirlo en cuatro semanas.
Una de las maneras de reducir esos ‘picos de glucosa’, explica, es comiendo los alimentos en un orden determinado, muy concreto y sin necesidad de comer otros alimentos ni menos cantidad. Ese orden debería ser, «vegetales primero, proteínas y grasas en segundo lugar e hidratos de carbono y azúcares al final«, explica, y añade cual es la razón científica para que esto sea así: «Los vegetales aportan mucha fibra, un nutriente que ralentiza la absorción de glucosa en sangre. A continuación, las proteínas y las grasas preparan el organismo para el impacto de los carbohidratos, estabilizando los niveles y, al dejar los azúcares para el final, provocamos que la curva de los picos de glucosa que genera se suavice, por lo que reducimos la exposición a la enfermedad metabólica y la inflamación, además de tener mayor saciedad y menos antojos«.
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Inchauspé recomienda además añadir un entrante de verdura a todas las comidas, incluso antes del desayuno, ya que cuantas más comamos menor pico de glucemia tendremos al terminar de comer. Y añade: «piensa en esto en los restaurantes, antes de lanzarte a por el pan. Pan, sí, pero verduras primero…».
Habla también de la importancia del desayuno, ya que lo que comamos en este va a determinar las ganas que tengamos de tomar azúcar durante el resto del día: «Si no puedes comer 100% salado, empieza siempre con vegetales. Después, el dulzor solo debe venir de la fruta de verdad, en un smoothie, por ejemplo, pero añadiendo proteínas (semillas, frutos secos) y grasas buenas (como el aguacate o el aceite de coco). Y no pongas en tu batido más fruta de la que podrías comer en una sola comida«, explica.
Además recomienda empezar cada comida con vinagre de sidra de manzana diluido en agua o una ensalada a la vinagreta, ya que el vinagre «desactiva temporalmente la enzima que descompone el azúcar y el almidón en glucosa. Y pide a nuestros músculos que consuman más glucosa. Como resultado, queda menos azúcar en circulación«. También recomienda caminar diez minutos después de comer para que la glucosa vaya al músculo para alimentarlo y picar siempre algo salado.
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