Ocuparse sin pretensiones de una tarea sencilla, haciéndola lenta y relajadamente. A esto precisamente se refiere el término ‘puttering‘ que, aunque tiene un nombre que quizás nos suena poco familiar, es tan sencillo como hacer las cosas cotidianas relajadamente, sin prisas.
Puedes empezar por tareas domésticas como limpiar, ordenar armarios o fregar los platos. También sirven tareas como organizar documentos o hacer labores de jardinería. Y es que lo importante en la práctica del puttering es hacer las cosas sin ninguna presión, sin un objetivo concreto, más allá del hacerlas disfrutando del proceso y de la calma que ofrece el hecho de hacer algo sencillo sin esperar resultados concretos.
Y es que el objetivo no es otro que desconectar y relajarnos mientras hacemos algo tranquilamente, sin estrés y, sobre todo, relajadamente y sin que nos importe si las terminamos o no, simplemente disfrutando del proceso.
Eso sí, la tarea que elijas debe tener un único requisito: que sea sencilla. De hecho, un informe publicado por el National Institute of Health sobre el impacto de las rutinas cotidianas en la salud mental, al que se refieren desde La Vanguardia, señala que «dedicar tiempo a actividades simples y sin presiones externas puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés».
Para practicarlo solo hacen falta unos pocos minutos al día por la mañana o al llegar a casa por la tarde noche, pero de manera espontánea, sin forzarlo. Entre sus beneficios están los siguientes:
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