La pérdida de memoria es algo mucho más habitual de lo que imaginamos. España ocupa el séptimo lugar en Europa en la lista de personas con problemas de este tipo. Hasta un 19,6% de la población presenta alguna dificultad, moderada o grave, para recordar o concentrarse.
También hay que tener en cuenta que el envejecimiento implica cierto grado de pérdida de la memoria. Además de un ligero deterioro de otras habilidades de razonamiento. Sin embargo, hay otros muchos factores que pueden verse involucrados en estas cifras: lesiones cerebrales, estrés, ciertos medicamentos e incluso la deshidratación.
El neurólogo Alejandro Andersson tiene la clave fundamental para cuidar de nuestra mente: tener una buena hidratación. El sanitario explica que para la preservación de la memoria y otras funciones cognitivas esenciales, beber agua es una necesidad básica. «Muchos subestiman su impacto«, afirmó el experto.
Un estudio del Observatorio de Hidratación y Salud (OHS) revela que el 60% de las mujeres en España bebe menos de dos litros de líquido al día. Una cantidad insuficiente para estar bien hidratadas, ya que, como término medio, necesitan 2,7 litros al día, de los cuales 2,2 deben proceder de bebidas.
El agua es fundamental porque aproximadamente el 75 % del peso de nuestro cerebro está compuesto por ella. Por lo tanto la hidratación favorece los correctos procesos neuroquímicos y bioeléctricos indispensables para la transmisión de señales entre neuronas.
Cuando el cuerpo no recibe una cantidad suficiente de líquidos, se producen desequilibrios que pueden afectar a la capacidad de concentración, la velocidad de procesamiento de la información y, a largo plazo, la memoria.
La deshidratación, incluso en niveles leves, puede provocar una reducción del volumen sanguíneo, lo que limita la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan al cerebro. Esta disminución afecta la comunicación neuronal y dificulta la sinapsis, un proceso crucial para la formación y recuperación de recuerdos.
También afecta a nuestro estado anímico. La falta de agua altera la producción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, lo que puede generar fatiga mental, falta de atención y dificultades para consolidar nueva información.
Una de las regiones más sensibles a la deshidratación es el hipocampo, la estructura cerebral relacionada con los procesos de aprendizaje y memoria. Cuando hay una deficiencia de agua, esta estructura puede experimentar una reducción en su eficiencia, afectando la capacidad de retener información reciente y de recuperar recuerdos almacenados previamente.
Ya sabes. Ten siempre una botella de agua a mano. No queremos que olvides las letras de tus canciones favoritas de Cadena Dial.
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