Cuando la pasión por lo que haces corre por tus venas, se nota. Y a Marta Soto se la ve venir de lejos. Su mirada llena de ilusión hace que la palabra ‘artista’ se le quede corta. Ella es pureza y talento. Tiene demasiado de esto último.
Un lunes por la mañana llegó a las oficinas de Cadena Dial para hacer esta entrevista que ahora estás leyendo. Pero no hubiera imaginado que trajera su guitarra para regalarnos un momentazo en acústico.
Conforme sacaba el instrumento le pregunté: “¿Vas a cantar?”, a lo que ella respondió con total rotundidad: “Claro que sí, si es lo que hago”. Lo mejor de la música está en compartirla. Y ella es más generosa que Papá Noel.
Escribir tus propias canciones hace que te abras en canal sentimentalmente. Marta Soto es sincera y, aunque a veces duela, no tiene miedo a compartir sus emociones más íntimas.
Pregunta: Escribes tus propias canciones. En el momento de la composición, ¿sientes que te desnudas demasiado?
Respuesta: Todo el rato. Eso es la magia de la música. Cuando compongo una canción en mi casa, a lo mejor para mí tiene una interpretación, tiene un sentir y luego me llega alguien y me dice: «Dios mío, me acuerdo de mi madre cuando escucho la canción». Eso es lo bonito de la música. También es verdad que hay veces que he hecho alguna canción que he tenido que quitarla del repertorio porque me pongo a llorar. A lo mejor de una historia que está reciente. Un desamor.
Tengo el corazón ahí roto todavía, la canto y me harto de llorar. Pero bueno, eso también es sincero. Ser vulnerable, no lo puedo evitar. En Bilbao me pasó en la gira. Me puse a llorar con: ‘Podrás contar conmigo‘
Te pusiste a llorar durante tu concierto en Bilbao
Sí, sí, sí. Por el mensaje de la canción. Me acuerdo que cambié hasta la letra. También me pasa que cada vez que tiro para el norte pienso y digo: ‘Es que hay un montón de gente cantando mis canciones’ y no deja de sorprenderme. Porque siento que tenemos una cultura tan diferente en el norte y en el sur… Fue uno de los conciertos de la gira en la que la sala no se llenó, estaba a más de la mitad, pero el público cantó como si fuera en el triple. Yo tenía una sensación ahí de madre mía, qué fuerte. Y me harté de llorar.
Entonces lo que más te conmovió fue el público
Claro, por sentir a la gente dándolo todo. Los de la primera fila llorando también. Son sensaciones poderosas.
Tu último concierto fue el viernes 4 de abril en Madrid. ¿Cómo lo viviste?
Todavía estoy con los nervios en el cuerpo. Solo puedo pensar en lo bonito que fue. Una noche intensa y llena de emociones. Llevaba 2 años sin tocar en la Galileo Galilei. Además justo acaban de renovar la sala y la han dejado super bonita. Y verla tan llena fue una cosa loca.
Estuviste muy bien acompañada
Sí, sí, sí. Sabiendo que la mayoría de mis amigas viven en Madrid, fue una noche para nosotras, para reencontrarnos y para celebrar la música. Se vinieron mi María Peláez y Julia Medina al escenario, dos amigas que, aparte de haber cruzado camino musical, compartimos el día a día y nos vemos mucho, tenemos muy buena amistad.
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Y Vanessa Martín también estuvo entre el público
Sí, le dejé un mensajito por ahí tanto a Vanessa como a Ana, su hermana. Les pregunté por si se querían venir y me dijeron las dos: ‘Vamos del tirón’. Y fue muy bonito también, hablar con ella, que me diera su opinión del concierto… para mí es un referente muy grande. Tuvo el detallito de subir un trocito del concierto en redes. Fue un regalo, para mí es muy buena amiga también.
¿Y harías alguna canción con Vanessa Martín?
Si surge, surge. Yo por ejemplo, conozco a mi amiga María Peláez desde hace 8-9 años y la canción no ha venido hasta ahora. Cuando nos dedicamos todas a la música, lo último que hacemos cuando nos juntamos es hablar de trabajo. Pero ojalá, sería maravilloso. Para mí es la número uno.
Tu carrera en la música comenzó a profesionalizarse cuando cantaste en ‘El Hormiguero’, bajo la recomendación de Alejandro Sanz. A raíz de ahí, con apenas 19 años, te fichó una discográfica. Pero, antes de eso, vivías la música como una artista independiente ¿Te gustaría volver a ese momento?
Es que ahora mismo soy independiente. Porque hace un tiempo cambié de contrato a nivel discográfico. He pasado de trabajar con un equipo muchos años, a ahora de repente entender el camino de otra forma. Estoy contenta porque hay algo que se pierde cuando entras en la vorágine de la industria. Entras en el bucle de tener que sacar cosas comerciales. Eso es una puerta increíble. Pero yo creo que también se cohíbe bastante la creatividad y no porque te lo impongan, ni muchísimo menos, sino porque tú misma sabes que ese es el tipo de canción que funciona.
Ahora mismo estoy en un momento que no miro las canciones que compongo.
¿Te sientes libre en la música?
Sí, me siento bastante libre. Sigo teniendo un equipo maravilloso. Pero, estoy mucho más encima de cosas que antes ni siquiera había visto de lejos. Si tú no remas, las cosas no se mueven, es muy fácil acomodarte y que te lo den todo por delante.
Has sido telonera de Pablo Alborán, ¿Cómo fue trabajar con él?
Maravilloso, porque Pablo es una persona súper educada, está pendiente a todo el mundo siempre y es detallista. Yo creo que la palabra es noble. Y agradecidísima también de de los sitios en los que me ha puesto a tocar, por Dios.
Sí, porque fuiste su telonera en Londres
Casi nada, en Londres. En el Royal Albert Hall. Yo no había estado en Londres nunca y aproveché y nos fuimos un par de diitas antes para hacer un poquito de turismo. Me las pegué de guiri y me robaron el móvil allí. Entonces, eso hizo que mi experiencia cambiara por completo. Pero recuerdo estar en el Royal Albert Hall, empezar a ver las fotos de los artistas que habían tocado ahí: Amy, Camarón, Los Beatles, Queen… Un ratito antes de salir al escenario venía Pablo al camarino y me decía: «Que aquí ha tocado camarón.» Y le pregunté que digo, «Good night o buenas noches.» Me dice: «Tú di, «Buenas noches.» Y entré ahí, temblando.
Has escuchado lo último de Pablo Alborán?: ‘Clickbait’ ¿Te atreverías a hacer algo así?
¿Por qué no? Sí, claro. ¿Sabes qué pasa? Que cuando un artista ya te lo encasillan en algo, pues es muy difícil luchar en contra de eso, pero jolín, el arte siempre ha sido evolución.
¿Y tú te sientes encasillada en un estilo?
A veces sí, a veces no. Vivo ahí un poco en esa realidad. Porque también me estoy permitiendo ahora ser un poco más folclórica, si me apetece, o ser un poco más anglo y de repente buscar un sonido un poco más británico. Adrede, porque me apetece. Cada proyecto tiene una parte nueva de ti. Yo lo aplico a la vida. Tú imagínate quedarte en el mismo sitio exacto para siempre.
¿Piensas que para una mujer es más complicado hacerse un hueco en la industria que para un hombre?
Por supuesto que sí. A las mujeres se nos mira con lupa. Y se espera mucho más de nosotras que de los hombres. Se nos compara constantemente. Yo no he llegado a una alfombra, a una rueda de medios, jamás, sin que me hayan comparado con otras artistas. Y he tenido amigos, compañeros al lado a los que nunca se les ha hecho una comparación. Me dicen que tengo mucha influencia con la música de Vanessa Martín, de Rozalén y yo, por supuesto, las sigo y las amo.
Yo he llegado a una prueba de sonido y no se han dirigido a mí. Le hablan al músico que va conmigo y ha tenido él que decir: «Habla con ella que es la jefa». Eso pasa todos los días. Desgraciadamente.
Es súper importante haya referentes LGBT en la música. Tú nunca te has ocultado, tus canciones van dedicadas a mujeres. ¿Has sentido presión alguna vez por eso mismo?
Jamás. No. Nunca nadie me ha hecho un comentario malo. También te digo que he sentido naturalidad total desde el minuto uno de poder escribir lo que quisiera. Es normalizarlo tú contigo misma y con tu entorno, con tu gente. Desde pequeñita lo he hablado con mucha naturalidad. A mi madre le dije cuando era pequeña: «A mí me gustan las niñas». Entonces, eso influye bastante en que para mí no ha habido ninguna barrera ni he tenido ningún prejuicio. No me nacía escribir en masculino.
Y sin quererlo ni pretenderlo, muchas chicas se han sentido identificadas y me lo me lo han agradecido. Y eso es una maravilla. Para mí es una responsabilidad, ahora que soy consciente.
«Tengo un equipo de fútbol que se llama Invertidas Fútbol Club, con Carolina Iglesias o María Peláez»
¿Te veremos en el Orgullo de Madrid?
Yo siempre intento ir. A ver si me cuelgan en alguna carroza este año. Llevamos un tiempo hablando. Tenemos un equipito de fútbol con el que jugamos así de cachondeo, se llama Invertidas fútbol club. Están personajes como Carolina Iglesias, María Peláez y Alba Rey. Somos unas pocas ahí y y hemos hablado muchas veces a ver si montamos un sarao y armamos una carroza del orgullo. Pero ojalá. Yo tuve la suerte de cantar un año allí. En la Plaza del Rey, que por el orgullo es la Plaza de La Reina, y fue muy bonito.
¿Te gustaría repetir?
Hombre, claro, a mí llamadme. Si desde aquí alguien encarga de las carrozas del desfile del Orgullo este año y le apetece que vaya, estoy disponible.
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