Esta es la forma correcta de lavar los arándanos para acabar con los pesticidas

En solo tres pasos estarán listos para consumirlos sin riesgos

Ana Más

De sobra son conocidas las propiedades nutricionales de los arándanos, entre ellas su alto contenido en antioxidantes que previenen el envejecimiento celular, además de las antiinflamatorias. También son beneficiosos para reforzar el sistema inmunitario y protegen la salud del corazón, el sistema digestivo y el cerebro, a lo que hay que unir su bajo aporte calórico: 100 gramos nos aportan solo 46 calorías.

A la hora de consumirlos es importante lavarlos bien antes de hacerlo para eliminar del todo la presencia de pesticidas. Y esto no se consigue con agua, o al menos no solo con agua. Te contamos cómo lavarlos de forma muy efectiva en tan solo tres pasos.

Lo primero es enjuagarlos con agua fría para quitar el polvo y los residuos de la superficie. Podemos hacerlo utilizando un colador. El siguiente paso es desinfectarlos metiéndolos cinco minutos en una mezcla de agua y vinagre en una proporción de tres partes de agua por una de vinagre. También podemos añadir bicarbonato.

El tercer paso para lavar los arándanos

Por último, los volvemos a enjuagar con agua fría para eliminar cualquier resto de vinagre y los secamos bien colocándolos sobre papel de cocina o sobre un trapo limpio y seco. Entonces estarán listos para consumirlos sin ningún peligro. Puedes guardarlos en un recipiente hermético en la nevera, colocando una capa de papel absorbente en la base del mismo y otra tapándolos si quieres mantenerlos frescos por más tiempo.

Las antocianinas, que son el componente que les da color, son las responsables de muchos de los beneficios de los arándanos. Sobre todo en el caso de los arándanos silvestres, en los que se encuentran en mayor proporción, y cuya época va de junio a diciembre.

Pero también podemos comprarlos congelados, desecados, prensados e incluso en zumo o en gelatina. Se pueden consumir solos, en cremas de verduras, con muesli, en mermeladas o en ensaladas de hojas tiernas y frutos secos, por ejemplo.

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