Las mandarinas son el fruto del árbol citrus reticulata, que empezó a crecer en Asia Oriental hace ya miles de años. Su alto contenido en agua hacen de ellas un excelente diurético. Pero no es la única propiedad de esta fruta, cuyo contenido en fibra y vitamina C favorecen la actividad intestinal (evitando el estreñimiento) y potencian la sensación de saciedad.
Además, son ricas en vitamina A, ácidos orgánicos y flavonoides, y una buena alidada para fortalecer nuestro sistema inmunológico. Sin embargo, a la hora de consumirlas, solemos hacer algo que le resta valor nutricional: no comernos el albedo.
Pero, ¿sabes qué es el albedo? Lo ha explicado el médico divulgador Manuel Viso en un vídeo que ha subido en su cuenta de Instagram en el que se refiere a esta parte de la fruta, en concreto los hilos blancos que quedan pegados a ella, entre los gajos y la cáscara del cítrico y de los que, por regla general, nos deshacemos.
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Probablemente lo hacemos porque no sabemos que se trata de la parte más saludable de las mandarinas, ya que, según explica el experto, «es donde mayor cantidad de flavonoides y antioxidantes hay y es la parte que más vitamina C tiene, mucho más que la pulpa».
Pero la mandarina no es la única fruta que tiene albedo, también lo tienen los plátanos, que en este caso, contienen «la mayor cantidad de antioxidantes, antiinflamatorios, vitaminas y minerales como el potasio, el magnesio y el triptófano«, explica el médico, que por ello insiste en la importancia de no quitarlo y comérnoslo.
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