No cabe ninguna duda de que vivimos en una sociedad hiperconectada, en especial en aquello que se refiere al teléfono móvil, que utilizamos para casi todo. Sin embargo, dejar nuestro móvil en la mesilla de noche mientras dormimos, puede entrañar algún que otro riesgo.
La psicóloga y autora del libro ‘Salud digital: claves para un uso saludable de la tecnología’, Gabriela Paoli, se refiere al riesgo más evidente de hacerlo: «Si durante la noche nos despertamos, seguramente tendremos la tentación de conectarnos y allí perderemos horas de sueño que nos traerán consecuencias negativas al día siguiente».
Pero este no es el único y más importante riesgo de dejar el teléfono al lado mientras dormimos. Hay otros riesgos que tienen que ver con la radiación electromagnética que emiten estos. Alberto Nájera, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS), en declaraciones a Maldita Ciencia lo explica así: «Mientras estamos hablando o usando Internet, cuando el móvil actualiza apps o al realizar copias de seguridad, este necesita emitir y recibir información en forma de radiación electromagnética de radiofrecuencia».
A su vez, el profesor Martin Pall, de la Universidad Estatal de Washington, explica además que exponernos a esta radiación de baja intensidad de manera continua puede tener efectos significativos en el cuerpo. Ya que, según explica: «las células tienen mecanismos que detectan los CEM de baja frecuencia como elementos externos, lo que provoca unarespuesta de estrés. Esto, a su vez, puede desencadenar una cadena de reacciones químicas que podrían provocar daño celular«, explican desde La Nación.
Esto a su vez puede provocar dolores de cabeza, mareos, fatiga, dolor muscular, alteraciones del sueño e incluso picores en la piel y, en los peores casos, hay estudios que vinculan «la exposición crónica a CEM de baja frecuencia con ansiedad, depresión y problemas cardíacos, lo que afecta los patrones generales de sueño», explican.
Además, algunos estudios, como este realizado en Reino Unido, sugieren que cargar el móvil en la mesilla de noche puede afectar a la secreción de melatonina, y esto a su vez alterar nuestro descanso.
Desde la Organización Mundial de la Salud explican respecto a las radiofrecuencias de baja potencia que transmiten los teléfonos móviles que «el aparato sólo transmite energía cuando está encendido. La potencia (y por lo tanto la exposición del usuario a las radiofrecuencias) desciende rápidamente al aumentar la distancia con el dispositivo«.
Y añaden que al navegar por Internet, escribir mensajes de texto o utilizando el manos libres, la persona está mucho menos expuesta que quienes lo usan acercando el teléfono a la cabeza. Por lo tanto, mantenerlo a cierta distancia, a un metro de la cama aproximadamente según los expertos, mientras dormimos, reducirá los posibles riesgos.
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