El diseñador estadounidense Jay Schafer fue uno de los impulsores de este movimiento basado en cambiar el lugar de residencia a este tipo de construcciones prefabricadas cuando allá por el año 1997 creó una vivienda en la que solo cabía su ropa, los muebles indispensables y los utensilios de cocina e higiene básicos. En definitiva, se trata de vivir con menos y priorizar la calidad de vida en lugar del materialismo, además de reducir la huella ecológica.
Pero esta no es la única opción que encontramos en la plataforma, en la que vemos varias opciones que van desde las más pequeñas, pensadas casi como estancias auxiliares, a las más grandes, como el modelo NAYAB, de 70 metros cuadrados, con cuarto de baño con ducha, inodoro y lavabo, doce ventanas e incluso toma de aire acondicionado. Aunque, eso sí, a un precio mucho más elevado: 27.556 euros. O el modelo Mylar, una casa prefabricada de 36 metros cuadrados, cuyo precio es algo más de 18.000 euros y que incluye espejos de cortesía, luces LED, entrada de agua, incluso baño con ducha e inodoro.
Entre las ventajas de este tipo de casas están las que son una opción más barata que la vivienda tradicional, ya que no hace falta tanta mano de obra y no hay tanto desperdicio de material. Por otra parte el proceso de construcción es mucho más rápido y deja la libertad al cliente de elegir materiales y acabados de la misma. Además, estas casas son menos perjudiciales para el medio ambiente.
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