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Cómo conseguir desarrollar la paciencia en los niños y qué supone para ellos

Lograrlo, en una época dominada por la inmediatez, es todo un reto

Ana Más

Tu hijo o hija te piden algo y no les haces caso de manera inmediata. En un segundo le tienes tirando de tu jersey y diciendo ‘mamá, mamá, mamá‘ o ‘papá, papá, papá…‘ como si fuera un disco rallado. Si esta escena te suena, de lo que vamos a hablar te interesa y mucho. Cómo conseguir que tus niños tengan paciencia en la era de la inmediatez.

Alejandra Melús Matarredona es maestra de Educación Especial por la Universidad La Salle y experta en Atención Temprana e Intervención Psicomotriz, y en un reciente artículo en el diario El País se ha detenido en ello, en contarnos a los padres o al menos darnos algunas ideas para entrenar la paciencia de nuestros niños en una sociedad en la que todo es para ya, inmediatamente.

Y es que al desarrollo de la paciencia no ha contribuido nada la era digital en la que vivimos, en la que comprar online es sencillo y podemos adquirir aquello que queremos en pocas horas, algo que «lejos de beneficiar algunos aspectos y valores personales y sociales, han empeorado capacidades básicas del ser humano como la paciencia, la perseverancia, la tolerancia a la frustración y la memoria, entre otras. Y todo esto propicia una generación dominada por la inmediatez«, explica Melús.

El ejemplo es lo primero a la hora de enseñar a desarrollar la paciencia en los niños

La experta en Atención Temprana e Intervención Psicomotriz explica por qué es importante la paciencia. Lo primero porque permite adquirir múltiples valores que van de la mano unos de otros, como estos:

  • La perseverancia que nos aporta la paciencia permite al niño ser creativo, adquirir nuevos métodos y razonar hasta lograr los objetivos que se marque.
  • Además, le ofrece la posibilidad de afrontar cada obstáculo como una oportunidad de aprendizaje.
  • Al potenciar la capacidad de esfuerzo, constancia y perseverancia, hace que el niño o la niña sean más agradecidos y estén orgullosos de si mismos, al ser conscientes de lo que cuesta alcanzar una meta.

Y por si esto fuera poco, las personas pacientes se desenvuelven mejor socialmente, ya que son capaces de escuchar al otro, dialogar, esperar su turno para intervenir y disfrutar de los momentos en grupo sin estrés.

Pero ahora viene lo más complicado, cómo entrenar la paciencia en los pequeños. Lo primero que propone la maestra de educación especial es hacerlo con el ejemplo, algo mucho más importante que la orden verbal que reciben. La experta añade la importancia de adquirir vocabulario emocional. Para ello hemos de dar normalidad a la demostración de emociones, las positivas y agradables y las que no lo son tanto, integrándolas en el día a día.

Y habla precisamente del día a día como uno de los mejores escenarios para practicarla, jugando a juegos de turnos, esperando la fila de la compra o programando un plan para pasados unos días, entre otras situaciones.

Además, habla de dos cosas más: integrar la paciencia como un valor más de la vida (no todo puede ser inmediato y debemos explicar que no es beneficioso que lo sea ya que hay situaciones que se escapan de nuestro alcance). Y en segundo lugar debemos «ofrecer disponibilidad, escucha y validación de las emociones para acompañar al niño de manera incondicional».

El niño tiene que poder expresar su enfado y frustración ante su falta de paciencia, explica. Y añade que el valor fundamental en este acompañamiento es la paciencia del adulto que debe entender que el niño necesita un aprendizaje, además de práctica y toma de conciencia para integrarlo como un valor más en su día a día.

Por otra parte, el psicólogo Sergio Algar, del Centro Psicológico Loreto Charques, da algunas pautas para fomentar la paciencia en los niños:

  • No atender de manera inmediata al niño siempre que te llame.

  • Entender sus limitaciones ante momentos como el sueño, el hambre, hacer pis.

  • Ajustar el tiempo de espera en función de su edad.

  • No anticipar demasiado acontecimientos especiales. Siendo muy pequeños se ponen muy nerviosos.

  • Pedirle ayuda para preparar un bocadillo.

  • Explícale que hay que esperar: “Vamos a calentar la comida”.

  • No ceder ante sus rabietas, ya que aprenderá esa estrategia para conseguir cosas.

  • Cumplir las promesas.

  • Enséñale a esperar turnos en el parque, cediendo sus cosas a los demás, etc.

  • Enséñale a no interrumpir.

  • Fomenta algunas actividades que requieran de paciencia, como pintar, practicar un deporte, ayudar con algunas cosas en casa, etc.

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