Durante el verano de 1985 algo estaba de moda y eran las canciones en italiano. Cuando llegaba el calor, los disyóqueis que pinchaban en los chiringuitos y las discotecas solo ponían canciones en italiano. Y esto bien lo sabían los chicos de moda, los de Hombres G. Durante el resto del año dominaban las listas de éxitos y en verano no iba a ser menos.
Es por ello que Venezia de Hombres G vio la luz. Se convirtió el himno del momento, no solo por su ritmo, sino por el idioma de su letra. Sin embargo, ¿lo más sorprendente? No es su popularidad, sino el hecho de que estaba moralmente prohibida en Italia.
Imagina una canción que desata la locura en las pistas de baile, que todos tararean y que se convierte en el sonido por excelencia del verano. Ahora imagina que esta misma canción es censurada en uno de los países donde más sentido tendría su mensaje. Así es Venezia, un tema que, a pesar de su éxito global, no gusta a los italianos. ¿La razón? Las referencias a la mafia en su letra fueron consideradas demasiado sensibles para el país que inspiró su título. Además, las maldiciones y la forma en que retrata a un joven presumiendo su supuesta relación con el crimen organizado fueron motivo de controversia en Italia.
Io sono il capone della mafia
Io sono il figlio della mia mamma
Tu sei uno stronzo di merda
E un figlio di troia in Venezia
Venezia
Venezia
Venezia, ¡cha! ¡Cha! ¡Cha!
Venezia plantea preguntas sobre el poder de la música para traspasar fronteras culturales y políticas. ¿Cómo una canción puede ser tan popular en un lugar y completamente censurada en otro? Durante los años 80, la mafia en Italia era un tema extremadamente delicado y sensible debido al poder abrumador que ejercían las organizaciones criminales, como la Cosa Nostra en Sicilia, la Ndrangheta en Calabria y la Camorra en Nápoles. Estas organizaciones tenían una influencia considerable en la sociedad italiana, controlando sectores clave de la economía, la política y la vida cotidiana. La presencia y el poder de la mafia se manifestaban en diversas formas, desde el tráfico de drogas y armas hasta la extorsión, el lavado de dinero y el control del mercado negro. Sus actividades criminales causaban estragos en las comunidades locales, con asesinatos, secuestros y actos de violencia que generaban un clima de miedo e inseguridad.
La historia detrás de Venezia nos muestra que la música puede ser mucho más que una simple canción; puede ser un reflejo de las tensiones y sensibilidades de una sociedad.
Soy el jefe de la mafia
Soy el hijo de mi madre
Eres un capullo de basura ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!
Y hijo de troy en Venecia
Venecia
Venecia
Venecia ¡Cha! ¡Cha! ¡Cha!
Lo tengo preparado, tengo las maletas
Vamos juntos hasta Italia, quiero comprarme un jersey a rayas
Pasaremos de la mafia, nos bañaremos en la playa
Soy el jefe de la mafia
Soy el hijo de mi madre
Eres un capullo
Y hijo de Troy en Venecia
(Quiero Espaguetis)
Venecia
(Y mozarella)
Venecia
(Quiero tirarme)
Venecia
(A Donatella)
Lo tengo preparado, tengo las maletas
Vamos juntos hasta Italia, quiero comprarme un jersey a rayas
Pasaremos de la mafia, nos bañaremos en la playa
Vamos juntos hasta Italia, quiero comprarme un jersey a rayas
Pasaremos de la mafia, nos bañaremos en la playa
Íbamos a ser el número mil
Cuando Arribó la Guardia Civil
Soy el jefe de la mafia (se lo dije)
Si no lo sientes, te romperé la cara
(Quiero Espaguetis)
La cara
(Y mozzarella)
La cara
(Quiero tirarme)
La cara
(A Donatella) ¡Cha! ¡Cha!
Lo tengo preparado, tengo las maletas
Vamos juntos hasta Italia, quiero comprarme un jersey a rayas
Pasaremos de la mafia, nos bañaremos en la playa
Vamos juntos hasta Italia, quiero comprarme un jersey a rayas
Pasaremos de la mafia, nos bañaremos en la playa
Vamos juntos hasta Italia, quiero comprarme un jersey a rayas
Pasaremos de la mafia, nos bañaremos en la playa
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