Utilizar una toalla para el cuerpo y otra para la cara: el consejo de los dermatólogos

Además, recomiendan no frotarse el rostro, sino secarlo con toquecitos suaves

Ana Más

Un hábito bastante frecuente es el de secarse la cara con la misma toalla del cuerpo, algo que no es muy aconsejable, y te contamos por qué. Según explican los expertos, haciéndolo estamos aumentando el riesgo de irritarnos la piel, además de sufrir acné. Las bacterias, células muertas y restos de productos que podemos trasferir de la toalla del cuerpo a nuestro rostro son los responsables de ello. Así que el consejo de los dermatólogos parece claro: utilizar dos toallas diferentes.

Y es que las toallas que usamos para secarnos al salir de la ducha pasan la mayor parte del tiempo en el cuarto de baño, en medio de un ambiente húmedo, que a su vez favorece que hongos y bacterias proliferen.

Por eso, es mucho más higiénico y evita riesgos innecesarios utilizar toallas individuales para secarnos la cara y cambiarlas después de cada uso. Mucho mejor si son de algodón, microfibra o fibra de bambú, que son hipoalergénicos. Aunque el facialista y experto cosmético, Claudio Sarabia, explica en TELVA que: «el mejor tejido es de PVA, que es ultra suave y sedosa, haciéndola resistente a las bacterias. Es adecuada incluso para las pieles más sensibles».

Secarse con suaves toquecitos, otro consejo de los dermatólogos

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Respecto a la forma de secarnos la cara, los expertos recomiendan hacerlo sin frotar y mucho menos hacerlo de forma rápida y brusca, sino con suaves toquecitos, algo que se conoce como ‘pat dry’. Y es que si no: «la piel se irrita, arrastramos células de la epidermis y podemos favorecer que pierda el manto hidrolipídico natural«, explica en el mismo medio la doctora Mercedes Saenz de Santa María, jefa de la Unidad de Medicina Estética de Clínica Dermatológica Internacional.

El ‘pat dry ‘está a medio camino entre  frotarse la cara y dejar que se seque al aire: «secar la piel con toquecitos suaves sin ser demasiado agresivo«, explican desde el mismo medio, dónde Sarabia añade: «Con cariño y delicadeza, heredada de la sabiduría estética oriental, fundamental en el facialismo».

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