Para realizar el estudio se han recogido encuestas en línea a 1133 niños de toda España, 545 tenían entre dos y cuatro años y 588 entre cinco y doce años, en las que se han analizado los hábitos de sueño y el uso de dispositivos con pantallas, además de la dieta o el índice de masa corporal, entre otros indicadores.
Los datos obtenidos muestran que sólo el 14.2 % de los niños en edad preescolar y el 11.7 % de los niños en edad escolar no ven pantallas y se acuestan temprano.
La profesora de la Facultad de Enfermería e investigadora del Campus de la Alimentación de Torribera de la UB y del Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria (INSA), María Fernanda Zerón-Rugerio, explica: «Tienen un mayor riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad, en comparación con aquellos que se acuestan temprano y no ven pantallas antes de dormir».
Además se detectó que la combinación de estos dos comportamientos hace que el sueño nocturno dure menos y que sea de peor calidad en niños tanto en edad escolar como preescolar, además de asociarse con «un retraso en los horarios del desayuno y la cena, especialmente a medida que la edad de los niños aumenta.» Y por si esto fuera poco, también se observó en los niños en edad escolar que mantenían esta combinación de hábitos poco saludables, un mayor desfase horario social y menos actividad física.
Todo esto es normal entre las personas que se acuestan tarde, «ya que deben ajustar su hora de despertarse para adaptarse a los horarios escolares en lugar de hacerlo a sus necesidades reales de sueño», han explicado las autoras del estudio. A su vez todo ello se ha asociado en estudios previos con un estado de ánimo irritable, somnolencia durante el día y un rendimiento académico insuficiente.