Existen fuentes especiales que enfrían el agua de nuestros peludos, pero si queremos hacerlo de manera casera sin realizar un excesivo gasto económico podemos conseguirlo. A pesar de que los cubitos de hielo al uso tardan muy poco tiempo en descongelarse, si compramos globos de agua, los llenamos y congelamos, serán los mejores aliados de los bebederos de nuestras mascotas, ya que tendrán que pasar varias horas hasta que se deshaga por completo, e incluso lo podrán chupar y refrescarse más a fondo.
Para los perros, es tan fácil como congelar alguna fruta que nuestro animal de compañía pueda comer, como la sandía, por ejemplo, o las zanahorias que se pueden congelar directamente desde la bolsa. También podemos mezclar un poco de agua con pienso y llevarlo al refrigerador; cuando se haya endurecido, pasarán minutos intentando deshacerlo por completo.
Es esencial para que la temperatura de nuestras mascotas no se eleve demasiado. Para conseguirlo, podemos cerrar ventanas y persianas en las horas del día en las que la habitación quede expuesta al sol, mientras que las abriremos cuando la sombra sea predominante.
Con productos específicos, como las mantas refrescantes que al contacto con la piel de los animales dan una sensación fría que permitirá que concilien mejor el sueño.