Tres expertos explican qué son las turbulencias de aire claro y por qué se repiten cada vez más

Son peligrosas porque los radares no las detectan

Ana Más

Probablemente no hayas oído hablar de ellas nunca, nos referimos a las turbulencias de aire claro, sin embargo estas son cada vez más frecuentes. El Catedrático de Ingeniería Aeroespacial, de la Universitat Politècnica de València, Sergio Hoyas Calvo, el nvestigador de mecánica de fluidos del KTH, KTH Royal Institute of Technology, Andres Cremades y el Associate professor, KTH Royal Institute of Technology, Ricardo Vinuesa, saben bastante de ello y en un artículo para The Conversation, lo han explicado recientemente. 

Explican que aunque los accidentes de avión son muy raros porque los aviones «son extremadamente seguros y no hay peligro estructural en caso de turbulencia», además de que los pilotos están entrenados para evitar las turbulencias en vuelo, en ocasiones se encuentran con patrones turbulentos atmosféricos que no salen en los radares porque no están asociados a ninguna tormenta.

Estos son precisamente las turbulencias de aire claro, que son realmente peligrosas: «Por turbulencia nos referimos al estado irregular y caótico que presenta el movimiento de los fluidos, gases y líquidos, en la mayoría de situaciones«, matizan.


Más datos sobre las turbulencias

Todos los flujos alrededor de un avión (y muchos en su interior) son turbulentos. y estos a su vez son beneficiosos en el motor, ya que mejora la combustión, pero negativo en las alas, ya que genera mucha resistencia al avance y esto hace que  aumente el consumo de combustible. Esto no es peligroso, simplemente ocasiona muy serias dificultades para optimizar la aerodinámica.

El problema, como adelantábamos, son las turbulencias de aire claro, que no son detectadas por los radares y son inesperadas para el piloto, ya que no vienen acompañadas de tormenta, por eso son las más peligrosas en un vuelo.

Y añaden «Muchas veces los aviones vuelan aprovechando corrientes muy estrechas y muy rápidas con respecto al suelo que se llaman corrientes de chorro. Si nos encontramos de repente con grandes torbellinos que no hemos visto, podemos tener un problema«.

Y es que esas zonas turbulentas hacen que el avión deje de ir por una autopista y empiece a ir por algo así como una carretera con muchos baches, esto a su vez hace que se mueva y, en el peor de los casos, que las alas «pierdan sustentación rápidamente y dejen de sujetar al avión». Entonces para recuperar la sustentación, el avión necesita perder altura picando el morro.

Según los últimos estudios realizados por Paul Williams, de la Universidad de Reading, que presentó en el principal congreso de turbulencia del mundo, celebrado en la Universitat Politècnica de València el año pasado, «la posibilidad de tener turbulencias de aire se ha incrementado en un 50 % en los últimos años, algo que podría estar relacionado con el cambio climático». Las conclusiones de Williams parecen claras: «Se prevé un incremento al doble o al triple de las turbulencias en los próximos años»

Pero no debe cundir el pánico ya que según explican desde El diario, «Los pilotos y los sistemas de seguridad de los aviones están muy preparados para estos eventos. Por ejemplo, en los aeropuertos, la salida de los aviones está espaciada para evitar que un avión despegue sobre la estela turbulenta de otros.»

Los autores del artículo nos tranquilizan explicando que aunque nada es imposible, «sería un evento extraordinariamente raro que un avión tuviera un fallo estructural crítico por problemas de turbulencia en vuelo.» Y señalan que abrocharse el cinturón siempre es lo único que nos puede salvar en este tipo de situaciones.

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