Pelar las frutas

Tomar frutas con piel es recomendable, mientras no se trate de estas

Sin embargo, muchas de ellas es preferible no retirársela

Lola Rabal

Las preferencias personales son variadas, y esto también se aplica a las frutas. Las superficies de algunas frutas pueden ser rugosas, suaves, ásperas o manchadas, lo que a primera vista puede parecer poco apetecible. Sin embargo, se cree que consumir frutas con piel puede tener beneficios adicionales para la salud. ¿Qué tan cierto es esto?

¿Es más saludable comer la fruta con su piel?

La respuesta es afirmativa. La piel de muchas frutas y verduras está repleta de vitaminas, minerales y otros compuestos vegetales que son beneficiosos para el organismo. En otras palabras, consumir la fruta con piel, siempre que sea posible, puede ofrecer una mayor cantidad de nutrientes. Además, la piel proporciona beneficios adicionales, como la mejora «del tránsito intestinal, la reducción de la glucosa en sangre y el control del apetito» según La Frutería.

Obviamente, frutas como el melón, la sandía y la piña no son adecuadas para comer con piel debido a su dureza, lo que las hace difíciles de masticar o digerir. Sin embargo, hay otras frutas que son convenientes y fáciles de consumir sin pelar, como las frutas del bosque, las manzanas, los melocotones, las peras y los caquis.

¿La piel de la fruta puede ser difícil de digerir?

El consumo de frutas sin pelar ha sido objeto de discusión. Algunos argumentan que pueden ser difíciles de digerir o estar contaminadas. En el caso de frutas cuya piel no es comestible, como la naranja, el plátano, el kiwi o el aguacate, es preferible retirarla. Esto evitará posibles dificultades al momento de ingerirlas. Además, es aconsejable lavar bien las frutas antes de consumirlas para eliminar posibles residuos de pesticidas o patógenos.

La tolerancia a la textura o el sabor de la piel de ciertas frutas puede variar entre las personas. Por ejemplo, las pieles aterciopeladas, como las del melocotón o albaricoque, y las pieles ásperas, como la del kiwi, pueden provocar reacciones alérgicas en algunas personas.

Contrario a lo que se cree, la piel de estas frutas sí es comestible. De hecho, en países como India, se consume la piel del plátano por sus beneficios nutricionales, que incluyen altos niveles de potasio, magnesio, vitaminas B6 y B12, además de fibra. Comer kiwi con piel puede aumentar hasta un 50% su contenido de fibra, y consumir cítricos como la naranja o la mandarina con piel incrementa la cantidad de vitaminas A, B y C.

La piel de frutas como las peras contiene una cantidad considerable de fibra insoluble, un tipo de fibra que suele ser escasa en nuestra dieta y que ayuda a mejorar el tránsito intestinal. «Aumenta el volumen de las heces, lo que puede ser útil para quienes padecen estreñimiento o evacuaciones irregulares», según Mayo Clinic.

Las uvas y las frutas del bosque, como moras, arándanos y frambuesas, así como las variedades de albaricoques, melocotones y nectarinas, tienen una cantidad adicional de antioxidantes y flavonoides en su piel, lo que ayuda a reducir el riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, no descartes estas frutas.

Los tomates y pimientos incrementan sus beneficios con piel. Aunque en la cocina se consideran verduras, desde el punto de vista botánico, los tomates y los pimientos son frutas. Al consumirlos con piel, se obtienen dosis adicionales de betacarotenos, esenciales para la salud ocular, y antioxidantes, que benefician la piel.

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