El recorrido comienza en la Calle Libreros, una vía estrecha y encantadora que desemboca en la majestuosa Gran Vía. Sabina compara esta avenida con la Calle Corrientes de Buenos Aires, «en Madrid también puede citaros la luna en Corrientes esquina a Callao…». A pocos pasos de Callao, en la Calle del Carmen, se encuentra Doña Manolita, la famosa administración de lotería. Sabina recuerda aquí a aquel loco que invitó a la Cibeles a bailar un vals.
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Suerte en Doña Manolita
Y al pasar por la Cibeles
Quiso sacarla a bailar
Un vals
Como dos enamorados
Y dormirse acurrucados
A la sombra de un león
La ruta continúa hacia el vibrante Mercado de San Miguel, un templo de tapas donde la tradición y la modernidad se fusionan. Desde allí, un breve paseo nos lleva a la histórica Plaza Mayor, el corazón del Madrid de los Austrias, y a la bulliciosa Calle de la Cava Baja, un rincón perfecto para degustar callos a la madrileña o croquetas de jamón.
En la Plaza de Tirso de Molina, el centro del Madrid Sabiniano, se respira el aire bohemio que tanto caracteriza a la música de Sabina. Continuamos por la Calle de la Magdalena hacia la Plaza de Antón Martín, pasando por La Recoba, un local argentino que Sabina frecuenta: «dicen las malas lenguas que en La Recoba se emborracha muchas noches».
El barrio de Las Letras, lleno de vida y literatura, nos lleva por la Calle de las Huertas y la Calle del Prado hasta la Plaza de Santa Ana. Aquí, la Cervecería Alemana y la Cervecería Santa Ana son testigos de innumerables tertulias y noches de inspiración. Al final de la plaza, la terraza del Hotel Reina Victoria ofrece una vista inigualable, donde toreros y artistas han encontrado refugio.
Tirso de molina, Sol, Gran Vía, Tribunal
Dónde queda tu oficina para irte a buscar?
Cuando la ciudad pinte sus labios de neón
Subirás en mi caballo de cartón
Me podrán robar tus días, tus noches no
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