Y es que tal y como explica el odontólogo Iván Malagón, «lo que dicen es que con esas toallitas se puede mantener una higiene cotidiana adecuada y eso no es cierto. No son efectivas porque para empezar no puedes limpiar». Algo en lo que coinciden desde consalud.es, desde donde añaden que , «no están diseñadas para llegar a brindar una limpieza profunda, ya que no llegan a las zonas interdentales o zonas profundas de la boca. Una limpieza incompleta que puede provocar que las bacterias se desarrollen y puedan causar problemas más serios al largo plazo».
El odontólogo añade que una toalita no puede entrar entre los dientes y por ello nunca puede sustituir al hilo dental o al irrigador bucal y tampoco al cepillado, ya que «no puedes meterte bien en los surcos de las muelas o los dientes», explica, estos son profundos y solo se pueden limpiar con cerdas o filamentos lo más finos posibles, para acceder de manera más sencilla a ellos.
Respecto al efecto blanqueador que prometen estas toallitas dentales, Malagón advierte que «hay algunas que no son efectivas para el blanqueamiento porque la dosis no llega y otras son excesivas y no están controladas, de manera que es absolutamente ilegal la venta esos productos en Europa» y añade que algunas no llegan a blanquear y prometen blanqueamiento, mientras que otras pueden dañar el esmalte y afectar a las encías.
Aunque añade que tampoco se trata de censurar su uso, se pueden usar compo complemento a la limpieza diaria con hilo dental, irrigador y cepillado de dientes en ese orden y evitando aquellas toallitas que lleven una dosis excesiva de peróxido de hidrógeno.
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