Y así creó ‘Slow Dating Club’, una empresa cuya finalidad es conectar a unos solteros con otros mediante eventos pensados especialmente para ello. Se trata de reuniones en las que hacer match a la antigua dice, citas en las que la química surja al mirarse a los ojos, dejando a un lado pantallas y también prejuicios y poniendo en valor la madurez y la responsabilidad afectiva.
Considera que las citas rápidas son una forma de conocerse muy forzada y por eso en sus eventos, que organiza cada mes en diferentes restaurantes madrileños por un precio de 25 euros, no se siguen las reglas del clásico ‘speed dating’. La joven explica que para ella el amor es cuestión de azar y por ello «hacemos cuestionarios y juegos durante la velada y al final, si te gusta alguien lo puedes anotar en un sobre«. cuenta.
Desde el mismo medio se refieren a la empresa Bedazzling, pionera en este sector y cuyo director, Jordi Martínez, explica que llevan desde 2018 con este tipo de citas, en este caso de siete minutos, todos los meses, con una media de sesenta personas. «Durante una noche, se pueden tener hasta una docena de citas diferentes», explica.
Pero hablemos un poco de los orígenes del Speed Dating, nació en la década de los 90 en Estados Unidos y su inventor fue el Rabbi Yaacov Deyo, que celebró el primer evento en un café en Beverly Hills en el año 1998. El objetivo era que «los jóvenes solteros judíos se conocieran y se casaran. Pero su idea tuvo tal éxito, que se extendió rápidamente por el resto del país y posteriormente por Europa», explican desde ladolcecita.es.
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