Tras un seguimiento de doce meses, que es lo que dura el tratamiento, en el que han participado grupos muy heterogéneos y no todos ligados a la Universidad, la mayor parte mujeres mayores de 45 años, la conclusión parece clara: funciona. Y es que «hasta un 77 por ciento de las personas que deseaban dejar de fumar lo consiguieron y lograron mantenerse abstinentes», explican desde Telecinco.
Elisardo Becoña y Ana López, ambos de la Unidad de Tabaquismo de la Universidad de Santiago de Compostela, han dirigido la investigación en la que otro resultado relevante es es que el seguimiento del tratamiento ha sido muy elevado y el nivel de satisfacción de los usuarios muy alto, según afirmó el 85% del total.
Para realizar el tratamiento las personas acudieron a ocho sesiones de trabajo en grupo con un psicólogo y además contaron con la app de apoyo a la que podían recurrir en momentos de mucha ansiedad por fumar y donde se les daban recursos para afrontar el deseo de fumar y mantener la abstinencia, que según López, es lo más difícil.
Becoña explica además que «Este estudio demuestra que se pueden utilizar con éxito los recursos tecnológicos disponibles, como son las videollamadas y las aplicaciones móviles, para el tratamiento de las personas fumadoras siguiendo un tratamiento psicológico».