«Maripili es una mujer de cualquier edad que quiere agradar a todo el mundo, que lucha para ser buena en cada uno de los papeles que le ha tocado ejercer durante su vida, aunque esto implique un desgaste extremo tanto físico como psíquico, y que se desmorona cuando recibe un mensaje de rechazo o de censura«, así aparece descrito el síndrome de Maripili en el libro del mismo nombre(El síndrome de Maripili), publicado por La Esfera de los Libros, 2006), en el que su autora, la periodista y profesora de la ESCI, Carmen García Ribas explica como identificar este ‘sindrome’ y sobre todo cómo vencer las actitudes de autosabotaje. Algo para lo que ‘la comunicación es una herramienta‘, explica y añade que cuando comunicas con miedo te conviertes en un ser sumiso, cuando lo haces sin miedo, seduces.
Y es que tal y como explica García Arribas en EFE, «este fenómeno se refiere a un sabotaje no consciente que afecta tanto a mujeres universitarias como profesionales».
Algo que tiene mucho que ver con el «miedo a no ser queridas y a no complacer la expectativas del entorno«, un miedo que entra incluso en su vida laboral y les limita. De ahí la importancia de aprender a gestionarlo y dejar que tanto el talento como la cultura femenina se sitúen a la altura de la masculina, algo que fue el centro del Master en Liderazgo Femenino, que la autora impartió en la ESCI- Universidad Pompeu Fabra de Barcelona el pasado mes de septiembre y en el que habló de la necesidad de «encontrar el equilibrio entre la razón (tradicionalmente vinculada a lo masculino) y la emoción, relacionada con lo femenino».
A su vez, desde 20Minutos, aluden a Andrea Acha, periodista y formadora digital de emprendedoras para aprender a comunicar y salir en prensa. que explica por qué es fundamental confiar en una misma y quitarse de encima esa necesidad de aceptación externa: «cuando nos centramos en buscar la aceptación externa, nos alejamos de nuestra autenticidad, de lo que realmente somos y podemos aportar«, explica.
Y para ello hay que aprender a decir no, Alba Cardarlda en ‘Cómo mandar a la mierda de forma educada (Vergara, 2023)’, explica que: «Solemos callar lo que nos gustaría decir porque no encontramos una manera asertiva de hacerlo. Nos decimos «no tiene importancia», «no quiero causar un conflicto» o «no me gustaría hacer enfadar a la otra persona«, y al autorreprimirnos lo único que hacemos es aumentar la intensidad de esas emociones en nuestro interior, hasta que llega un día en el que «explotamos como un volcán y terminamos expresándonos de la peor forma. Es entonces cuando causamos daño y nuestras relaciones se deterioran».
A su vez García Ribas, explica que el temor a «no gustar y a ser rechazada» perjudica «enormemente» la trayectoria profesional de las mujeres, ya que de forma inconsciente, «lanzan mensajes no verbales de insuficiencia, de infantilismo y de necesidad de protección«.
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