La psicóloga clínica Miriam González explica en El Periódico de España, que se trata de algo cada vez más frecuente en consulta y lo explica así : «Durante la rutina mantenemos unos niveles de estrés elevados que hacen que tengamos el cortisol muy alto, y nuestro cuerpo está inflamado. Cuando tenemos un periodo vacacional, el sistema inmune, que es el que se ha mantenido alerta durante todo ese tiempo, se relaja y nos ponemos enfermos».
Desde el mismo medio se refieren al psicólogo Ad Vingerhoets, que experimentó ese síndrome él mismo, cuando se dio cuenta de que solo enfermaba los fines de semana. Eso le hizo llevar a cabo un experimento en la Universidad de Tilburg (Países Bajos), en la que trabaja.
Para ello entrevistó a más de 2.000 personas con edades comprendidas entre los 16 y los 87 años, de ellas el 3% de ellas sufrían el síndrome del ocio y experimentaban síntomas como resfriados, náuseas, migrañas y dolores musculares, además de tener rasgos de personalidad comunes, todos ellos eran ambiciosos, competitivos, perfeccionistas y con dificultad para afrontar cambios.
Según las personas a las que les ocurre esto, lo más duro es la parte psicológica, ya que después de meses esperando este momento para disfrutar de familia, amigos y tiempo libre, que te ocurra es una faena.
El consejo de la experta es poner en práctica la idea de vivir en el presente, además de intentar no pensar en las «posibles soluciones que podamos poner a los problemas que tenemos en nuestro día a día, sino pensar a corto plazo«, además de seguir una dieta equilibrada y una rutina de sueño.
A su vez, desde el centro Sukha explican que no existen terapias específicas para tratarlo, pero recomiendan en caso de sufrirlo, acudir a un especialista en trastornos de ansiedad. Ya que «el trabajo terapéutico estaría enfocado en poder identificar los desencadenantes del estrés, como también, aprender a escuchar nuestro cuerpo y no llevarlo al límite«, explican.
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