Empieza a manifestarse en la adolescencia y es más frecuente entre mujeres de treinta a cuarenta años. Generalmente aquellos que lo sufren piensan que «les ha pasado algo dentro de su cerebro, como un tumor o un accidente cerebrovascular, o un fenómeno que ha estallado en el interior de su cerebro, y obviamente esto les alarma«, explica el experto.
Aunque no se conoce bien sus causas, la teoría que más peso tiene hasta ahora es que «cuando iniciamos el sueño los sistemas que en el cerebro están encargados de mantener la vigilia se desactivan y, con ello, desactivan también determinadas estructuras en la corteza cerebral que de por sí son propias de la vigilia, entre ellas la corteza auditiva, encargada de descifrar las señales auditivas; y esto en el fondo es lo que hace que procesemos e identifiquemos los diferentes sonidos», explica García-Borreguero.
El doctor añade que en las personas que padecen este síndrome esta desactivación se produce más tarde y «puede dar lugar, ya iniciado el sueño, a fenómenos de estimulación espontánea; y se identifica esto como un sonido». La buena noticia es que generalmente no tiene grandes consecuencias y va disminuyendo hasta desaparecer del todo.
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