Seguro que más de una vez te has planteado, aunque sea en tu cabeza, si es mejor darte ese deseado baño rápido por la noche, al finalizar el día, o por la mañana, para así despejarte y afrontar lo que queda de jornada bien aseado. Y si no te lo habías preguntado nunca, te invitamos a que lo hagas, ya que esto puede influir de alguna forma en nuestra salud. No lo decimos nosotras, lo dice la ciencia.
Un estudio llevado a cabo por SleepFoundation.org en 2022 con adultos de más de 18 años, el 80,9% de los encuestados aseguraron que prefieren las duchas mañaneras. ¿Por qué? La profesora en psicología de la Universidad de Harvard, Shelley Carson, sostiene que esto nos puede ayudar a potenciar la creatividad a lo largo de la semana de trabajo porque cuando te relajas «tus procesos cognitivos se relajan, renuevan y regeneran».
Otro motivo por el que es beneficioso ducharse al levantarse lo da el dermatólogo Gary Goldenberg, quien defiende que los humanos transpiramos por las noches y, por ello, cuando nos despertamos tras dormir queda sudor y bacterias en las sábanas que se adhieren a nuestra piel. Por eso, el experto está a favor de las duchas mañaneras: «Para quitarte toda esa suciedad y sudor con el que has estado durmiendo toda la noche».
¿Y qué hay de las duchas nocturnas? Pues en este caso, Alok Vij, dermatólogo de la Clínica Cleveland, asegura que «ayuda a eliminar toda la arena y la suciedad, las toxinas ambientales y los contaminantes que podrían afectar negativamente a la piel», así como a hacer un «borrón y cuenta nueva» antes de dormir.
Otra de las buenas razones por las que darse una ducha antes de acostarse es fomentar la «higiene del sueño»: «Actúa como un marcador circadiano para indicarle a nuestros cuerpos que comiencen a relajarse durante el día». Por su parte, la experta en sueño Janet K. Kennedy añade: «La ducha vuelve a elevar artificialmente la temperatura y permite un enfriamiento más rápido, lo que parece acelerar el sueño».
Eso sí, hay una hora concreta en la que los expertos recomiendas ducharse por la noche y no puede ser justo antes de meterse en la cama, sino unos 90 minutos antes, ya que con 10 o 15 minutos de agua tibia o caliente antes de cerrar el día ayudan a conciliar el sueño.
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