Y es que según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y la EPA, el formaldehído en concreto actúa probablemente como carcinogénico en seres humanos. Por eso su uso está prohibido en todo tipo de productos cosméticos en Europa desde junio de 2019.
La tosylamide, que aparece en el etiquetado como toylamde, se utilizaba antes como plastificante para mejorar la flexibilidad y durabilidad «es un ingrediente prohibido por ser un potencial alterador endocrino, además de asociarse a irritaciones cutáneas y fotosensibilidad«, explican desde La Razón. La sustancia ‘formaldehyde’, recogida en la entrada 1577 del anexo II, se encuentra en el etiquetado bajo el nombre de formaldehydepesin y por último el benzophenone, corresponde a la entrada 1703 en la lista de sustancias prohibidas en productos cosméticos y es un potencial disruptor endocrino.
Por eso la Aemps ha ordenado a la empresa que comercializa estos esmaltes, que deje de hacerlo y los retire de la venta, además de informar sobre ello a las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas, para que tomen las medidas oportunas.
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