Ese es lo titular elegido por la publicación para ilustrar el reportaje que dedica en su último número a la estrella latina.
Pero la entrevista da para mucho más y en cadenadial.com queremos contarte todos los detalles de la misma.
Veinticinco años después de convertirse en uno de los hombres más populares del planeta con su tema Livin’ la vida loca, Ricky Martin se reúne con GQ donde concede una exclusiva entrevista, esta vez siendo fiel a sí mismo y donde habla sobre ser padre de familia, sobre su relación con la fama los primeros años, sobre su participación en la investidura de George W. Bush en 2001, sobre su homosexualidad en los años 90 y salir del armario, entre otras cosas.
Sobre su relación con la fama los primeros años:
“La fama, el dinero, las chicas gritando… Realmente me gustaba todo eso. Pasé de vivir en un mundo tan pequeño —mi casa estaba a una manzana de distancia de mi colegio— a actuar en un escenario para 200.000 personas”.
“No es que Ricky fuera conocido en LA, Miami, Nueva York, Chicago, Dallas… Es que llegó a la América media”. “Conquisté a todo el país. Ibas a pueblos pequeños y la gente conocía a Ricky Martin”.
Sobre su single Livin’ la vida loca:
“Es muy difícil repetir algo así…Había una fuerza superior e inspiradora. Sabía lo que quería. Y quería al público estadounidense. El poder de las caderas, ¿verdad? Esos pantalones de cuero, tío. Transmitía algo testosterónico que generaba fantasías. No sé lo que era”.
Sobre su participación en la investidura de George W. Bush en 2001
“No era una cuestión política. Pensaba que era una gran oportunidad para representar a mi comunidad latina. Y esas 100 portadas del día siguiente fueron algo muy poderoso. Cuando llegó la guerra de Irak, me dije: ¿Qué está pasando? La gente me pregunta: ¿Te arrepientes? Era necesario. ¿Lo harías hoy? No”.
Sobre su homosexualidad en los años 90
“Era el hombre del momento con mi Livin’ la vida loca y mi contoneo de caderas. Había muchas expectativas sobre mí… Tenía miedo”.
Antes de aquella época, mantuvo una relación con un hombre, e incluso él sabía que Martin estaba llamado a grandes cosas. “Teníamos 20 años”, explica. “Le dije: ‘Dejémoslo todo. Mudémonos a Europa y seamos felices. Me da igual todo esto’. Y me dijo: ‘Tu destino es evidente. Puedo ver tu futuro. Te quiero, pero no podemos hacer eso”.
Sobre salir del armario
“En el armario no hay luz. Cada vez que veo que un adolescente sale del armario, pienso: Tienes mucha suerte, ya no tendrás que lidiar con esto nunca más”, asegura. Aún le duele haber pedido a sus familiares que guardaran el secreto. “Yo les metí en esto”, dice, con los ojos llenos de lágrimas que no acaban de caer. “No quiero sentir culpa ni vergüenza. Porque si no estás en mi lugar, no sabes por lo que estoy pasando”. Al final, después del nacimiento de sus primeros hijos, se dio cuenta de que no podía fingir. Publicó una carta en su página web en 2010: “Me enorgullece decir que soy un afortunado hombre homosexual”. “Fue una sensación increíble. ¿Se puede salir del armario dos o tres veces?”, dice. “Ojalá lo hubiera hecho antes. El ayer escapa para siempre a nuestro control. No se puede hacer nada con lo que hemos vivido”.
Sobre sus cuatro hijos y ser padre de familia
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