Laura Pausini es una mujer con las ideas muy claras y eso lo demuestra en cada uno de sus actos, sus palabras, su música y también en su apariencia física y atuendos. La italiana ha creado una identidad muy marcada como persona y como artista y eso es uno de sus puntos fuertes, ya que la diferencia dentro del gran mundo de la música.
No todos los cantantes saben plasmar de una forma tan clara su personalidad en lo que muestran al público, pues no es tarea fácil y no todos crean una identidad tan personal, pero este no es el caso de Laura Pausini. De hecho ella ha sabido ir más allá al ir adaptando su estilo según las tendencias del momento. De este modo, siempre ha ido acorde a las últimas vanguardias, pero sin perder la imagen que la caracteriza.
Corrían los principios de los años 90 cuando una joven Laura Pausini incurría en la escena musical italiana, aunque poco tardó en hacerse eco en todos los rincones del mundo. En esta época, la artista se dio a conocer bajo un estilo marcado por los chalecos y el contraste del blanco y negro, presentes en muchos de sus looks del momento.
A finales de esa misma década, Pausini decidió apostar por una larga melena y ondulada, que se presentaba como un contraste, puesto que el peinado predominante de la época era liso, corto y con un pequeño flequillo a dos aguas.
Con el cambio de milenio, Laura decidió apostar por la experimentación. En ocasiones, la italiana optaba por atuendos de estilo causal y relajado, mientras que otras veces escogía trajes de punta en blanco, que proyectaban una imagen más sofisticada que combinaba a la perfección con peinados más pulidos.
Sin perder su esencia, la artista se veía fenomenal en trajes, como ya demostró en los inicios de su carrera, pero esta vez con el cabello recogido. De este modo encontró su sitio y su comodidad cada vez que vestía de esmoquin. Un hecho que, sin duda, llegaba como arriesgado y alentador para toda una generación que se unió a la moda de los «trajes masculinos».
De nuevo, con la llegada de la década del 2010, Laura Pausini sorprendía de nuevo con un look totalmente distinto: se soltó la melena y dejó que los rallos de sol se proyectaran en su cabello. Los destellos dorados de su cabello en esta nueva era daban una imagen más fresca y jovial.
Y a día de hoy, la artista apuesta sin duda por los trajes más personales de su carrera. Ha apostado por atuendos hechos a medida para ella, donde refleja un gran trabajo de sastrería, pero también la madurez en su carrera y en su persona.
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