La Reina Letizia se convertía en absoluta progagonista después de protagonizar dos incómodos momentos que sin embargo solventó de la mejor forma. El primero de ellos ocurría después de un rato de saludar a sus invitados, cuando a la Reina se le desabrochaba la pulsera de diamantes y zafiros que lucía en su mano derecha. Cando se ha dado cuenta, lo ha solucionado agachándose a recogerla.
Y es que se trata de una valiosa pieza no solo por su valor histórico, sino también por su valor sentimental ya que se la regalaron los Reyes Juan Carlos y Sofía con motivo de su pedida de mano con Don Felipe en 2003. La pulsera perteneció a la primera esposa del Rey Alfonso XII, la Reina María de las Mercedes y pertenece a un juego de pendientes y collar con perlas y zafiros.
Este sin embargo, no ha sido el único momento incómodo que protagonizaba la monarca. El segundo de ellos se producía cuando el embajador de Irán se ha negado a estrecharle la mano durante el saludo protocolario.Algo llamativo en nuestro país, y es que los hombres en el país islámico no pueden tocar a las mujeres en público. La reina ha salido airosa de este momento que sin duda ha sabido resolver con total elegancia, simplemente sonriendo y sin hacer ningún otro tipo de ademán.