Ya sabíamos que Blas Cantó es un gran artista y que se le da de maravilla demostrarlo en televisión (en 2017 se alzó como ganador de la quinta edición de Tu cara me suena), incluso el mes pasado le pudimos ver brillando en el papel de presentador de Premios Dial Tenerife. Por si fuera poco, estos últimos meses también hemos podido descubrir una nueva faceta del artista murciano: ¡la repostería!
El de La cura ha sido uno de los protagonistas de la reciente edición de Bake Off: Famosos al horno, en Televisión Española. Su éxito en el formato ha llegado hasta tal punto que este ha luchado por la victoria hasta el último momento como uno de los finalistas del programa junto a Rocío Carrasco y Ana Boyer, quien finalmente se ha alzado como ganadora.
En sus redes Blas Cantó se despedía de esta bonita experiencia, agradeciendo a muchas de las personas que le han acompañado en la aventura. «Merecidas finalistas. La espontaneidad de Alba Carrillo, la complicidad de Rocío o la dulzura de Ana Boyer han sido clave para sostenerme en un formato como este«, confesaba. Unas palabras de cariño que hacía extensibles al resto de sus compañeros, así como a los miembros del jurado y a Paula Vázquez, presentadora del programa.
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El artista ha sido uno de los favoritos del público con su paso por el concurso. Los mensajes de cariño y apoyo se repetían en sus redes sociales, y muchos incluso esperan volver a verle en otros realities de cocina, como es MasterChef Celebrity. No obstante, este ha confesado en una charla con Lecturas que, de momento, no está preparado para vivir algo así de nuevo.
«Esto fue inesperado. No lo tenía planeado. Me vi cocinando, que me gusta, pero qué presión. No sabía que esto era tan heavy. Me dicen que ‘MasterChef’ es peor todavía, así que yo no puedo. Necesito terapia con mi psicóloga y luego volver«, expresaba el de Ricote.
Una charla en la que, además, se ha sincerado sobre cómo al principio le costó encontrar su lugar. «No sabía qué pintaba yo ahí. No iba a cantar y si lo hacía no era cosa mía. Los redactores me decían que cantara cocinando, pero no sentía cuál era mi lugar. Poco a poco lo descubrí y me lo pasé bien«, explicaba. Esta evolución ha sido más que notable, y es que poco a poco hemos podido descubrir al Blas Cantó más cercano, gamberro y divertido.
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