La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, recalcó el pasado 1 de mayo, Día del Trabajador, la importancia que le están dando a esta medida. Y es que su intención es mejorar la vida y las condiciones laborales de todos los trabajadores del país.
Todavía no se conocen los puntos específicos, pero sí se sabe cuál es el objetivo final: la jornada de 40 horas semanales debe reducirse progresivamente. Se espera que en 2025 se lleguen a las 38,5 horas y a las 37,5 horas en 2026, eso sí, sin que se baje el salario.
Según las estimaciones, unos 12 millones de trabajadores asalariados del sector privado podrán verse beneficiados por esta reducción de la jornada laboral. Aunque sí que es verdad que el impacto dependerá según los sectores y las ocupaciones. De hecho, según este análisis, se espera que los trabajadores de la industria y la construcción sean lo más beneficiados con casi el 98%. Por su parte, los técnicos, los profesionales superiores y los trabajadores de servicios tendrán un impacto menor.
La UGT y CCOO lo tienen claro, para ellos la mejor forma de que salga bien esta reducción de jornada es modificando el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores. De esta forma, se asegurarían que la reducción de la jornada laboral llegara a todos los trabajadores del país. Y no haría falta de que estuviesen sujetos a un convenio colectivo o no.
MÁS SOBRE: