Y es que este tipo de máscaras «deben sellar herméticamente alrededor de la boca y la nariz para asegurar un suministro adecuado de oxígeno», explican desde Uppers y la barba puede interferir con este sellado, reduciendo la efectividad de la máscara y la seguridad del piloto y los pasajeros. Algo que demostró un estudio realizado en 1987 , que ha sido rescatado recientemente por IFL Science. Y es que el citado estudio detectó fugas de oxígeno del 16% al 67% cuando el piloto tenía barba.
A esto hay que añadir que para que los dispositivos de comunicación que usan estos profesionales, funcionen correctamente, no debe haber vello en la cara, además la barba puede ocasionar problemas de ajuste con los auriculares y micrófonos y afectar a la claridad de las comunicaciones que tienen que ver con la seguridad del vuelo.
A pesar de que las aerolíneas suelen ser y han sido muy estrictas hasta ahora con esta norma, hay estudios recientes que la empiezan a cuestionar, como uno realizado por la Universidad Simon Fraser en Canadá encontró, del que se dedujo que «no había diferencias significativas en la eficacia de las máscaras de oxígeno entre personas con y sin barba», explican desde el mismo medio.
A pesar de esto la normativa no ha cambiado todavía al respecto, pero algunas aerolíneas como Air Canada si que dejan a sus pilotos que vayan con barba, aunque muy bien recortada, para evitar que interfiera con el equipo de seguridad.
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