Aunque para muchos el hecho de quemar incienso en casa está asociado con un momento de calma y relax, además de una forma de atraer buenas energías, esta práctica no es tan inofensiva como parece, es más, en algunos casos puede ser incluso perjudicial para nuestra salud.
Algo sobre lo que han alertado médicos del PCOM Georgia en Suwanee, Estados Unidos, durante la Reunión Científica Anual del Colegio Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI) celebrado en Boston que explican que cuándo quemamos incienso, «se liberan ciertos contaminantes que pueden resultar nocivos, algo que sobre todo tiene impacto en ancianos, niños y personas con alergias o asma«, explican desde 20Minutos.
De hecho, desde eldiario.es se refieren a un estudiorealizado por la OCU en 2013, en el que habían analizado 22 ambientadores, desde velas a aceites e inciensos, y habían encontrado, sobretodo en aceites e inciensos, «numerosas sustancias tóxicas, rebasando los límites permitidos de contaminación de aire», explican y añaden que «en algunas marcas de barritas de incienso se habían detectado en el humo que desprenden hasta 490 µg/m³ de benzeno, una sustancia decididamente tóxica y presente en las colas industriales y algunas pinturas, que se reconoce como una sustancia carcinogénica».
Más razones para no quemar incienso o hacerlo con precaución
De hecho un estudio de la Universidad China de Cantón destacaba que el humo del incienso podría ser tan peligroso como el del tabaco para los fumadores pasivos. Y desde el mismo medio se refieren además a otro estudio de la Universidad China de Hong Kong que ya había detectado «una correlación entre el humo del incienso y el riesgo de cáncer de pulmón, revelando un aumento sustancial del mismo en individuos que además eran fumadores, especialmente los activos», explican.
Pero esta no es la única razón que exponían desde la Organización de Consumidores, desde donde señalaban estas otras:
la presencia en estos mismos inciensos de hasta 3000 µg/m³ de partículas finas 2.5 PM (el límite fijado como saludable está en los 12 µg/m³), las mismas que emite un coche diésel y que pueden tener efectos obturadores de los bronquios.
la presencia de auramina O en conos y barritas de incienso, un colorante que se utiliza para tinción de cultivos bacterianos que se desea observar al microscopio, y está considerado como probablemente cancerígeno, si bien se le otorga una baja probabilidad (grupo 2B).
la presencia de acetaldehído en el humo de algunos inciensos, que es una sustancia volátil e irritante de las mucosas respiratorias, considerada 20 veces más tóxica que el alcohol.
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Por eso si quemamos incienso, debemos tomar ciertas precauciones:
hacerlo en un espacio bien ventilado, lo que hace que la concentración de humo sea menor y evitamos una inhalación excesiva de partículas que pueden ser nocivas
no dejar que se consuma sin supervisión, hacerlo sobre una superficie segura a la que los niños no tengan acceso
prestar atención a síntomas como irritación de la piel o dificultades respiratorias, que pueden denotar alergia