Abrazar a la almohada, por ejemplo, es un reflejo de los aspectos más profundos de tu personalidad y de tu estado emocional. Aunque para algunos tan solo sea una costumbre que alguien adopta, la psicología asegura que este hábito puede tener muchos significados detrás y revelar detalles sobre cómo te sientes con el mundo y tus seres queridos.
Hay quien dice que realmente abrazar a la almohada para dormir es solamente una forma de buscar comodidad y seguridad. No obstante, este gesto se ve estrechamente ligado con el deseo de cercanía emocional y puede reflejar directamente la necesidad que sentidos de tener afecto durante la noche.
Además, según los psicólogos expertos en neurología, esto también refleja en aquellas personas una necesidad de apoyo. A su vez, suelen ser personas que valoran la conexión con sus parejas en todas las facetas de su vida y el apoyo en sus relaciones. De hecho, esto los define como personas leales y fieles a sus seres queridos.
Además de responder a la gran duda de cómo nos relacionamos con los demás, el hecho de abrazar a la almohada cuando dormimos también habla de tus emociones. Si este acto lo haces por las noches podría ser un indicativo de que estás buscando una fuente de consuelo adicional. La almohada puede actuar como un sustituto de la cercanía emocional que podrías estar buscando en tus relaciones diarias.
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