La cantante y compositora Rozalén, conocida por su capacidad para transmitir emociones a través de sus letras, ha demostrado a lo largo de su carrera una profunda sensibilidad hacia la vida, las relaciones y el bienestar personal. En muchas de sus canciones, Rozalén aborda temas que están en consonancia con la filosofía Ikigai, un concepto japonés que puede traducirse como «la razón de ser» o «la razón para levantarse cada mañana». Esta filosofía invita a las personas a encontrar un propósito que dé sentido a su vida y a disfrutar de lo que hacen, tanto a nivel personal como profesional.
El Ikigai se fundamenta en cuatro pilares: lo que amas, lo que el mundo necesita, aquello por lo que te pueden pagar y lo que eres bueno haciendo. Encontrar ese equilibrio es clave para llevar una vida plena y satisfactoria. Rozalén, a través de su música, explora varios de estos aspectos, ofreciendo letras que invitan a reflexionar sobre la importancia de vivir con propósito, estar en armonía con uno mismo y los demás, y valorar cada pequeño detalle de la vida.
La conexión entre la música de Rozalén y la filosofía Ikigai no es casual. Muchas de sus canciones hablan del amor por la vida, de la búsqueda personal y del valor de ser auténtico. A través de su música, la artista también destaca la importancia de la gratitud y el disfrute de las pequeñas cosas cotidianas, principios fundamentales del Ikigai. A continuación, algunas de las canciones de Rozalén que pueden ayudarnos a entender mejor esta filosofía:
En colaboración con Estopa, esta canción habla de la importancia de valorar cada día y encontrar la fuerza para seguir adelante, incluso en momentos difíciles. Su mensaje central, «vivir», encaja perfectamente con la idea de Ikigai, ya que anima a disfrutar del presente y a descubrir aquello que da sentido a nuestra vida.
Girasoles es un canto a la bondad y a la esperanza, valores esenciales para encontrar el equilibrio que propone la filosofía Ikigai. La canción nos recuerda que, a pesar de las dificultades, siempre hay motivos para girar la mirada hacia lo positivo y encontrar luz en nuestro día a día.
Esta canción narra una historia de amor incondicional, pero también resalta la importancia de aceptar y valorar a los demás tal como son. El amor, como uno de los motores del Ikigai, está presente en este tema, que nos invita a amar sin condiciones, encontrando en el afecto una razón para vivir.
En La Puerta Violeta, Rozalén reflexiona sobre la búsqueda de la libertad personal y el empoderamiento, conceptos clave en el camino hacia el Ikigai. Encontrar nuestra propia voz y luchar por lo que nos hace felices es esencial para alcanzar una vida con propósito y significado.
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