Desde The Objetive explican que un estudio de 2020 encontró que este fenómeno «está relacionado con un uso problemático de redes sociales como WhatsApp, Facebook, Instagram y Snapchat, lo que afecta negativamente la vida diaria y la productividad en el trabajo«.
A su vez desde Orbium añáden que tiene que ver con la necesidad irresistible de «estar continuamente conectados a internet y participar de manera activa en las redes sociales», haciendo que la persona empiece a usar este tipo de redes por miedo a ser excluido de ellas o perderse experiencias. Esto hace que desee estar «constantemente conectado y de verificar de forma compulsiva las redes sociales. Siendo esto, lo primero a consultar al despertarse y lo último antes de dormir», dando así lugar a una ‘rutina problemática’.
En este escenario y como respuesta al FOMO, surge el JOMO, que es precisamente la tendencia opuesta al primero. Sus siglas se refieren a la frase Joy of Missing Out (Jomo) o ‘alegría por perderse algo’. Y es que precisamente consiste en eso, en el placer de perderse las cosas y disfrutar del presente sin que nos importe qué están haciendo los demás y apreciando la tranquilidad y la privacidad, además de los momentos de introspección. Esta tendencia implica además aceptar que no se puede estar en todas partes ni hacer todo y disfrutar de la vida sin la constante necesidad de validación externa.
El JOMO, promueve precisamente la idea de «que no es necesario estar constantemente conectado y participando en todas las experiencias para ser feliz», explican desde The Objetive. Y añaden que no se trata de eliminar por completo el uso de redes sociales, «sino de utilizar estas herramientas de manera consciente y equilibrada«.
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