Y es que las sobras «son un entorno perfecto y dinámico en el que los microorganismos, sobre todo bacterias, pueden llegar a desempeñar un papel importante pero nada deseable«, explican desde eldiario.es. De ahí la importancia de tener cuidado especialmente con aprovechar algunos restos de comida.
Y se refieren a una de las reglas de oro en este sentido, la refrigeración de la comida es clave: «existe una zona de peligro, que va de los 4ºC a los 60ºC, en la que no deberíamos dejar la comida durante más de dos horas porque es cuando las bacterias empiezan a multiplicarse rápidamente (una hora si la temperatura exterior supera los 30ºC)», explican y añaden que «repartir la comida en distintos envases pequeños y poco profundos, para que así se enfríen más rápido», puede ayudarnos.
Otro aspecto importante es dónde guardamos los restos de comida, los recipientes para hacerlo «deben ser herméticos para evitar la contaminación cruzada y la posible pérdida de humedad».
Los alimentos elaborados con huevo son especialmente vulnerables también, por ejemplo salsas o tortillas poco hechas, mejor consumirlas en el momento, al igual que pescados y mariscos. Y un par de cosas más, no recalentar una y otra vez la comida, con una vez basta y hacerlo en un recipiente apto para microondas con tapa, para que el calor llegue por igual a toda la comida y removiendo de vez en cuando.
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