Hay quién les añade un hueso para darle más sabor, pero hoy nos referimos a otra parte del jamón, con la que conseguirás darle más sabor aún, a pesar de que a menudo solemos tirarlo pensando que no vale para nada: la corteza del jamón, recién quitada. Si no tienes en casa uno, puedes pedir que te den las cortezas en cualquier charcutería.
Para utilizarlo es importante «retirar la mayor cantidad de grasa posible de la piel o corteza del jamón y cortarla para cocinar a fuego lento y fundir la grasa restante«, explican desde 20Minutos. Una vez frita, añadimos la corteza del jamón a las lentejas a las que le darán un increible sabor.
Y es que las lentejas, son uno de los platos más nutritivos que existen y además con un montón de propiedades. No tienen apenas grasas y solo aportan unas 250 calorías por plato por eso son perfectas para dietas de adelgazamiento, siempre que las cocinemos con verduras o en ensalada.
Además aportan «buenas dosis de proteínas y fibra, así como una gran variedad de minerales, algunos en cantidades muy superiores a otros alimentos«, explican desde Cuerpo y Mente. Y añaden que la ventaja de las proteínas que aportan las lentejas respecto a las de los alimentos de origen animal es que «no se acompañan de colesterol ni de grasas saturadas», además, son fáciles de digerir y se rodean de otros nutrientes. Cada cien gramos de esta legumbre contiene:
MÁS SOBRE: