Sin embargo lo del pizzometro no es nada nuevo, The Washington Post, ya se refería a finales de 1998 a una demanda repentina de pizzas que fueron pedidas para dependencias gubernamentales. » En enero de ese año, tres días después de que saliera a la luz el escándalo entre Bill Clinton y Monica Lewinsky, Domino’s Pizza recibió pedidos por 2.600 dólares desde la Casa Blanca, cuando el gasto promedio por esa misma cantidad de días no solía superar los 550 dólares», explican desde hipertextual.com.
Y es que a esto precisamente se refiere este fenómeno, a un consumo excesivo o al menos mucho más por encima de lo normal, de pizzas en edificios federales como el Pentágono o la Casa Blanca, que parece desatarse cuando está a punto de desatarse una crisis. Esto se explica porque en esos momentos, el personal de estos organismos debe trabajar más tiempo del habitual e incluso trasnochar para seguir los eventos que van sucediendo y esto hace que en muchas ocasiones pidan pizza para comer o cenar.
The Papa Johns closest to the Pentagon is far busier than usual pic.twitter.com/Fe7t2HRqAj
— lyndon b johnson fancam workers cooperative (@lbjfancamcoop) April 13, 2024
En el Pentágono, la sede del Departamento de Defensa de Estados Unidos, dónde trabajan más de 23.000 personas entre personal civil, militar y de apoyo, pesar de contar con sus propios establecimientos de comida rápida y cafetería, cuándo hay una crisis en plena noche, los empleados recurren a las pizzerías más cercanas de la zona. Por eso el coloquialmente conocido como Pizzómetro gana mucha relevancia en casos como el del ataque de Irán a Israel.
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