Es la mitología japonesa la que atribuye a este animal la capacidad para predecir este tipo de fenómenos naturales. Este mito se popularizó tras el terremoto de Tōhoku en 2011, cuando varios peces remo fueron avistados en las costas de Japón antes de que se produjera el sismo.
Su apariencia es única: «Un cuerpo plateado que puede alcanzar hasta los nueve metros de largo, adornado con una cresta de aletas rojas en la parte superior«, explican desde 20Minutos.
Aunque un estudio de 2019 basado en datos recopilados en Japón desmiente cualquier correlación entre los avistamientos de estos peces y los tsunamis y terremotos, sin embargo, la aparición de este último ejemplar ha hecho que la comunidad científica se plantee qué razones hay detrás de este fenómeno.
Ben Frable, gerente de la Colección de Vertebrados Marinos del centro de Ciencia Pesquera del Suroeste, donde ha sido trasladado el ejemplar para su estudio, afirma que los cambios en las condiciones oceánicas podrían estar relacionadas con su aparición: «A veces puede estar relacionado con cambios más amplios, como el ciclo de El Niño y La Niña, pero no siempre es así», explica.
Aunque la que se ‘lleva la palma’ es la del escritor y locutor de radio cristiano, Harold Camping, que llegó a profetizar hasta cinco fechas distintas para el Día del Juicio Final, explican desde Xataka:
Y añaden una predicción del modisto francés Paco Rabanne, que era aficionado al esoterismo y estudioso de Nostradamus y anunció que «con el eclipse del 11 de agosto de 1999 la estación MIR iba a caer sobre París y que sería el inicio del Fin del Mundo». Sin embargo la MIR ha seguido su curso y sigue en órbita.
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