Un término que viene del griego ‘pentheras’, que significa suegra, y de ‘phobos’, que significa odio o miedo. Se define como el miedo o terror a la suegra, no se trata de que te caiga mal o no la aguantes, para ser penterafobia ha de reunir unas características determinadas.
La primera de ellas el miedo excesivo y persistente hacia la figura de tu suegra, intentos de evitar el contacto físico y visual con ella y sentir ansiedad e incluso estados de pánico ante su presencia, explican desde welife.es.
Es decir, su mera presencia puede desencadenar ataques de ansiedad e incluso tal y como explica en el mismo medio la psicóloga Esther Cantos, no hace falta que haya contacto visual ni físico, «basta con pensar en que se ha de tener un encuentro, o incluso que se hable de ella, para que la persona comience a perder el control».
Respecto a las causas que la provocan, como en el caso de otras fobias, no es sencillo identificarlas y es que tal y como explica esta experta, no es lo mismo detestar a tu suegra, que sufrir una fobia: «hablamos de un miedo irracional», matiza y añade que «por mucho que se pueda pensar que procede de situaciones de la infancia, de traumas pasados o de experiencias vitales, neutralizarlo puede ser muy difícil”.
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