Los cocineros y reposteros mexicanos han contribuido mucho a su expansión, te hablamos del pan de muerto mexicano, un dulce de textura similar al Roscón de Reyes, de masa brioche y rebozado en mantequilla y azúcar, que cada vez podemos encontrar en más establecimientos de nuestro país y que se consume especialmente durante el Día de todos los Santos, el uno de noviembre.
Sandy Zamarripa, repostera en Doble Uve, en Madrid explica en El país, que «Es redondo porque su forma representa el ciclo de la vida y los huesos se ponen en cruz, señalando los puntos cardinales». También lleva agua de azahar, que representa el aroma floral que queremos ofrecerles para que vengan a visitarnos, explica Zamarripa, que añade que se trata de una costumbre con la que festejan la vida de los que ya no están con nosotros.
Y es que, tal y como explica el chef, Roberto Ruiz: « Estos panes los ofreces a la gente que ya no está. Ese día celebramos que esas personas ‘bajan del cielo’ y cenan contigo, por eso no solo se ofrece ese pan, se prepara chocolate, frijoles, tequila… todo lo que le gustaba a los fallecidos».
Receta del pan de muerto, así se hace
Se hacen con «una masa de fermentación lenta hecha con mantequilla, leche, huevos frescos, sal, azúcar, ralladura naranja y agua de azahar y, una vez horneados, se finalizan pintándolos con mantequilla algo derretida y rebozándolos en azúcar blanco con canela«, explica la repostera.
Y si te animas a probar en tu casa, la receta que dan en la web de cocina Directo al paladar, puede servirte de guía, necesitas:
Levadura prensada fresca (10 g)
Leche (60 g)
Harina de fuerza (250 g)
Azúcar (65 g)
Dos huevos
Ralladura de una naranja
Sal (2 g)
Mantequilla (50 g)
Agua de azahar (opcional)5 g
Templamos la leche ligeramente y le añadimos la levadura prensada fresca. En un bol ponemos «la harina y hacemos un volcán en el centro. Agregamos la mezcla de la leche y la levadura, uno de los huevos, la ralladura de media naranja, el azúcar, el agua de azahar (en caso de usarla y una pizca de sal y removemos», explican.
Después vamos añadiendo la mantequilla en varias tandas, amasando cada vez un par de minutos y dejamos reposar otros 15 minutos, hasta terminar con la mantequilla. A partir de aquí amasamos 2 minutos y descansamos 15, unas tres de veces o hasta que la masa esté fina y elástica. «Cuando consideremos que la masa está lista, boleamos, metemos en un cuenco engrasado con aceite y tapamos. Dejamos fermentar la masa durante dos horas o hasta que doble su volumen», explican.
Volvemos a amasar para desgasificar la masa y separamos un tercio de la masa. que dividiremos en tres partes iguales. Hacemos una bola con una de ellas y con las otras dos hacemos cilindros con los que formaremos los huesos haciendo tres hendiduras en cada uno de ellos.
«Boleamos la porción grande de masa y colocamos los huesos sobre ella, cruzándose en la superficie. Colocamos el sobrante de los extremos bajo la masa. En el centro de nuestro pan colocamos la bolita y dejamos que fermente de nuevo sobre la bandeja del horno durante una hora aproximadamente«. Pincelamos toda la superficie con huevo batido, cuando la masa esté fermentada y la metemos en el horno, pre calentado a 180 ºC, durante 20-25 minutos.
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