La sequedad en esta época de la vida no deja de ser otra consecuencia de la falta de estrógenos. Esto se traduce en una piel muy seca en la que puede aparecer incluso descamación. También afecta a las glándulas lacrimales produciendo ojo seco y en muchos casos afecta también a la sequedad vaginal.
Acabar con esa sequedad o al menos disminuirla, pasa por hidratarse más y mejor ya que durante la menopausia perdemos además la capacidad de tener sed, por eso hemos de tener cuidado con beber lo suficiente. Al menos 30 mililitros de agua por kilo de peso y día, recomienda la ginecóloga de ASISA, Natalia Gennaro en welife.es. «Es decir, alguien de 60 kilos debería tomar 1,8 litros diarios», explica. Además conviene emplear cremas con agentes humectantes e hidratantes vaginales y lubricantes.
La nutricionista experta en menopausia Marta Marcè, habla de la enorme evidencia científica que existe alrededor del Omega 7: «Se ha demostrado su efectividad para mejorar la hidratación íntima; así como para aliviar las molestias del ojo seco. Y, evidentemente, también funciona en la piel» explica y añade que también es interesante a nivel de mucosa intestinal.
A su vez desde womanhood.es aluden a un estudio del Hospital central General Universitario de Turku, Finlandia, que analizó el aceite de espino amarillo para tratar la atrofia vaginal en mujeres postmenopáusicas y cuyos resultados fueron muy prometedores, confirmándose que: «la utilización de este tipo de aceite puede ayudar a tratar la mucosa vaginal y que, sobre todo, puede ser una solución para aquellas mujeres que no pueden utilizar terapias hormonales para tratar la atrofia y sequedad vaginal», explican.
El Omega 7 está de manera natural en el salmón, el aguacate, el aceite de oliva, las anchoas y, sobre todo, las nueces de macadamia y sobre todo en el aceite de espino amarillo y también podemos tomarlo en forma de suplementación.
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