Esto es lo que dice un estudio publicado en 2018 en The American Journal of Psychology, que explica que «cuánto más inteligente se es, más rápido funciona el cerebro, lo que dificulta que la mano pueda mantener su ritmo, resultando en una escritura que puede parecer desordenada o defectuosa», explican desde Uppers.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron durante años la caligrafía de varios niños con coeficientes intelectuales diferentes y vieron que aquellos que eran más ágiles mentalmente, escribían peor porque estaban más preocupados por la calidad de la información que transmitían que por la estética de la escritura. Lo explica así Arnold L. Gesell , profesor de psicología en la Universidad de Yale: «Los niños con mala letra mostraban altas habilidades mentales y agilidad mental sobre el promedio. Para ellos era más importante la información que obtenían que esforzarse por una buena letra».
Y añaden que la letra de los niños nos muestra entre otras cosas, «la manera de organizar su conducta, su estado y estabilidad emocional, su temperamento y determinados rasgos de su personalidad«.
Y es que aunque la grafología no es una ciencia exacta si puede dar indicios de algunas cosas, como que estas personas con mala caligrafía suelen tener una ortografía de lo más correcta, sin faltas y además suele tratarse de personas creativas. Además, según los expertos, la letra a mano revela muchos más datos de los procesos físicos y psicológicos que escribir a ordenador, donde: «las letras están prefijadas y se pierde la apariencia o el rasgo de la inteligencia«.
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