Muchos soñamos con lucir una melena más larga, pero a menudo, a pesar de nuestros esfuerzos, no conseguimos que el cabello crezca como deseamos. Miramos a nuestro alrededor y vemos que otros tienen el largo ideal que anhelamos. Este enigma puede resultar frustrante. Helena Rodero, licenciada en Farmacia y experta en cabello, aborda esta cuestión en su reciente obra ‘Todo sobre tu pelo y tu piel’.
Para empezar, es fundamental entender que el crecimiento del cabello tiene un límite, y este varía entre las personas. La fase de crecimiento del cabello puede durar hasta siete años, aunque esto depende de factores genéticos. «Genéticamente viene codificado, hay personas que son capaces de llegar a tener cabellos más largos y otras menos, debido a que la fase de crecimiento es más o menos larga», aclara Rodero en una entrevista con Informativos Telecinco.
En promedio, el cabello crece aproximadamente 15 centímetros al año y cada folículo capilar tiene la capacidad de regenerarse unas 20 veces a lo largo de la vida. «Esto quiere decir que una vez que se cae, puede salir de nuevo ese número de veces», señala la especialista. Aunque no podemos cambiar nuestra genética, sí podemos cuidar nuestro cabello para aprovechar al máximo su potencial y evitar que se rompa antes de tiempo.
Para que cada folículo capilar complete su ciclo de crecimiento, es crucial prevenir la ruptura del cabello. Esto permitirá alcanzar el crecimiento anual de 15 centímetros. Rodero, en su libro, identifica varios hábitos cotidianos que dañan el cabello, a menudo sin que nos demos cuenta. A continuación, algunos errores comunes y cómo solucionarlos:
Otros errores mencionados por Rodero incluyen no renovar el cepillo con regularidad, abusar de peinados tirantes como el famoso ‘clean look’, dormir con el cabello suelto, usar pinzas metálicas o gomas que cortan, tocarse el cabello constantemente y no recoger el cabello en días ventosos.
A veces, es complicado distinguir si el cabello se está cayendo o simplemente se está rompiendo. Rodero ofrece un truco sencillo para detectar la diferencia: «cuando se nos cae el cabello, este va con el bulbo piloso. Para comprobarlo, si al pasar los dedos por los extremos del pelo lo notas más engrosado, es que el cabello se te está cayendo desde la raíz; si no, es que se te está partiendo».
«Sí funcionan, pero no son mágicos», comenta Rodero. «Nos pueden ayudar especialmente si hay una deficiencia o si necesitamos un aporte adicional debido a situaciones de estrés, por ejemplo. También son útiles para potenciar tratamientos de alopecia androgenética, pero en ningún caso deben considerarse el tratamiento principal», concluye.
Cuidar el cabello de manera adecuada y comprender su ciclo de crecimiento puede marcar una gran diferencia en su longitud y salud. Con estos consejos, podemos maximizar el potencial de nuestra melena y evitar los errores que lo dañan.
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