A mediados de este año, Nia sacó al mercado la reedición de ‘PaloSanto’, el proyecto discográfico más importante para la cantante hasta la fecha en el que se incluyen algunos de sus temas más conocidos como ‘Caminito de lamento’, ‘Me sientas bien‘ o ‘Me muero de risa’, así como la canción con la que siempre soñó, el dueto junto a Celia Cruz interpretando ‘Lágrimas negras’.
Desde entonces, la que fuera ganadora de ‘Operación Triunfo 2020’ no ha dejado de trabajar en el estudio, componiendo, produciendo y grabando sus nuevas canciones, como es el caso de su más reciente lanzamiento, ‘Vamo’ echando’.
En esta ocasión ha confiado en el talento del puertorriqueño Guaynaa para completar la ecuación musical perfecta: Un tema que mezcla los ritmos de la salsa con una letra y una melodía que conseguirán que los pies se te muevan solos.
Disfruta del nuevo videoclip de Nia
El lanzamiento viene acompañado por el nuevo videoclip de la cantante, dirigido por Santi Medina y John Araque y rodado en dos localizaciones diferentes: Un bar de copas y un patio de casas.
A lo largo del mismo, podemos disfrutar de los pasos de baile de Nia y Guaynaa, que acompañan a la perfección su primera colaboración musical.
Letra completa de ‘Vamo’ echando’
Fue su voz, o tal vez ese acento,
o el tumbao que tenía al andar,
fue el lugar, fue quizás el momento,
y quedarme por ti no era parte del plan,
Como no te vi venir, si llamaste mi atención,
cómo fue que esto pasó…
Fue bailando sin hablarnos, a buena hora fuimos a encontrarnos,
y bailamos hasta que ya no pudimos más, y entonces me dijiste vamo’ echando.
Bailar, que premio, yo era rapero y ahora bohemio,
salsa de la nueva sangre, el nuevo milenio,
renovemos votos, vamos a darle otro cuatrenio,
para que bailes apretaito y se te quite ese mal genio.
Sí, que suene el tambor, que caiga el sudor, vamos echando.
Fue bailando sin hablarnos, a buena hora fuimos a encontrarnos,
y bailamos hasta que ya no pudimos más y entonces me dijiste vamo’ echando.
Y en cada movimiento, te leí el pensamiento, todo fue una bendita casualidad.
Sí, que suene el tambor, que caiga el sudor, vamo’ echando.
Fue bailando sin hablarnos, a buena hora fuimos a encontrarnos,
y bailamos hasta que ya no pudimos más y entonces me dijiste vamo’ echando.
