«Grandes estudios observacionales confirman que las personas que realizan actividad física tienen menos problemas mentales que las sedentarias (metaanálisis, metaanálisis), incluyendo depresión (metaanálisis, metaanálisis)», apunta en uno de sus artículos.
Uno de estos estudios, publicado en la revista médica The Lancet, en la que participaron más de un millón de personas, concluyó que hacer ejercicio, durante 45 minutos entre tres y cinco veces a la semana, se vincula con un 20% menos de riesgo de padecer algún problema relacionado con la salud mental.
Otras investigaciones, como la publicada por el National Institutes of Health (NIH), sostienen que la «deficiencia de sueño cambia la actividad en algunas partes del cerebro«, por lo que nos cuesta tomar decisiones, gestionar emociones y conductas y resolver problemas.
En resumen, que existe una amplia variedad de estudios, experimentos y teorías que corroboran que hacer ejercicio físico con frecuencia y dormir bien (o tener un sueño reparador) son esenciales para nuestra salud mental.
Concretamente, la alimentación equilibrada y, más concretamente, la dieta mediterránea. Los resultados del artículo publicado en Science Direct no han logrado esclarecer el motivo por el que la comida puede ayudarnos psicológicamente.
Pero lo que sí han resuelto es que tiene algo que ver con la microbioma intestinal. Y es que según este estudio, el consumo de alimentos que contienen bacterias, como el yogur, ayudan a reducir los niveles de estrés y ansiedad.
Esto se debe a que el intestino se comunica directamente con el cerebro a través del nervio vago. De hecho, hay estudios que afirman que alrededor del 95% de la serotonina de nuestro organismo se encuentra en el tracto gastrointestinal (segundo cerebro).
Y aunque el informe publicado en Science Direct no especifica qué alimentos favorecen nuestra salud mental, sí destacan algunos que son fundamentales para mantenerse bien por dentro y por fuera
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