Se ha vuelto una costumbre para muchos irse a dormir por las noches con la televisión encendida, hasta un punto en el que algunas personas no pueden conciliar el sueño si no están acompañados del sonido de la tele.
Pero este hábito no se obtiene por simple entretenimiento, podría venir de una serie de comportamientos y necesidades emocionales diferentes, según la piscología. Los expertos han encontrado ocho aspectos claves sobre las personas que deciden descansar con la televisión de fondo, según recoge El Economista.
Las noches pueden ser perfectas para los amantes del silencio total y eternas para los que no soportan dormir sin ruido. Para algunas personas, la ausencia de sonido puede generar ansiedad. Por ello, algunas personas deciden llenar este vacío sonoro con el murmullo de la televisión. Un comportamiento que no se considera negativo ya que puede ayudar a diferentes personas a conciliar mejor el sueño.
La seguridad a la hora de irte a la cama es uno de los factores que más preocupan a la sociedad. El miedo a que ocurra algo al sentirte solo en casa te puede llevar en determinadas ocasiones a decidir dormir con la televisión encendida. Además, en estos casos se suele elegir una serie o película en la que ya se conoce a los protagonistas para dar una sensación reconfortante de compañía y una atmósfera más acogedora y estable durante la noche.
Los noctámbulos, que han ajustado su reloj biológico a ritmos más tardíos, pueden encontrar en la televisión un ambiente que les resulta normal en sus horas de vigilia. Para este tipo de personas, el sonido y la luz que desprende la televisión puede ser reconfortante.
La mente puede ser el peor aliado a la hora de dormir, si piensas incluso dormido y no puedes apagar los pensamientos de tu cabeza, puede ser que necesites la televisión para distraerte y conseguir dormir. Las tramas de los contenidos audiovisuales pueden distraer a tu mentalidad y otorgarle la tranquilidad necesaria para adentrarte en el mundo de los sueños.
La soledad puede ser un gran problema a la hora que llega la noche. Por ello, ver la televisión puede convertirse en un mecanismo de afrontamiento ante sentimientos de pérdida o aislamiento.
Existen personas que necesitan la televisión para evitar tener sueños perturbadores o pesadillas. El ruido del transmisor otorga a la persona una tranquilidad que ayuda a tener un sueño más tranquilo por las noches.
El día puede hacerse muy largo cuando tu mente llega a su punto álgido para quienes han tenido un día muy estresante. La televisión le ofrece a este tipo de personas historias de ficción de las que poder aislarse y despejar la mente.
Encender y apagar la televisión se puede considerar una manía que termina siendo rutina. Para muchas personas hacer estas acciones antes de dormir significa una señal que indica que es la hora de dormir.
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